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Las Fuegas de la poesía argentina MÓDULO 1: SUSANA THÉNON Coordinan: Alejandra Correa y Marisa Negri
...con el martirio el rojo oficio errante de extinguirse. Susana Thénon
La poeta inclasificable Cuando se la trata de ubicar dentro de alguna “caja”, a Susana Thénon se la acomoda dentro de la poesía argentina de su época, más precisamente dentro de la denominada Generación del 60. Contemporánea de poetas como Juana Bignozzi (1937) y Alejandra Pizarnik (1936-1972), aunque en verdad no formó parte de ningún grupo literario. Si se la suele afiliar con ambas poetas es, sobre todo, por el tipo de construcción marginal que caracteriza a su poesía, sin adherir a ningún movimiento reinante en aquellos años.
Susana Thénon nació en Buenos Aires, en 1935. Su padre se dedicaba a la psiquiatría y al psicoanálisis. Su infancia transcurre en un ambiente de gente interesada por la cultura y las artes. En su primera juventud forma parte de un elenco de jóvenes actores del Teatro Cervantes y en 1954 egresa del Liceo 1 de señoritas y comienza la carrera de Letras en la UBA donde conoce a la escritora, lingüista y crítica literaria Ana María Barrenechea. En 1958, publicó su primer de poesía, Edad sin tregua, y al año siguiente Habitante de la nada (1959). En 1960, fundó junto a Alejandra Pizarnik, Juan Carlos Martelli, Eduardo Romano y Alejandro Vignati, la Revista Literaria Agua Viva. Esto implicó una apertura hacia la comunidad poética, una de las pocas incursiones que tendrá en su vida, participando también de otras publicaciones especializadas. Incluso muchas veces se ha comparado su obra con la de Pizarnik, aunque ésta desde siempre tuvo un lugar protagónico, mientras Thénon parece haber huído de los ambientes literarios con bastante prisa.
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En 1964, se licencia en Letras y da clases de Latín, pero pronto renuncia y se dedica a diferentes trabajos de traducción. De lugares extraños (1967) será el último libro de esta primera etapa porque entre 1970 y 1982 se dedicará con exclusividad a la fotografía y hasta 1984 no volverá a publicar poesía. Ese año aparece su libro Distancias, y en 1987, Ova completa. También publicó algunos ensayos y fue traductora. Su relación con lxs demás poetas de su generación será casi nula. Ya de otra generación que la suya, la poeta María Negroni junto a Ana Maria Barrenechea, serán las compiladoras de sus libros póstumos La Morada Imposible I y II (2001). Thénon reconoce como sus maestros a Aristófanes, Lucio Apuleyo, Pietro Aretino, humanistas como Giovanni Bocaccio y François Rabelais, pero también dramaturgos del Siglo de Oro español como Francisco de Quevedo y Luis de Góngora. Por último, James Joyce, padre del modernismo anglosajón. También admira En la másmedula, -ese libro único en el que Oliverio Girondo se propone crear una neolengua- y traduce del alemán a Rainer M. Rilke. La presencia del paisaje urbano, la fusión del yo lírico con la posible biografía de la autora, el predominio de la poesía narrativa y la coexistencia de registros muy variados como la ironía y el humor, tan poco presentes en la poesía en general, modelan una voz única y solitaria en el paisaje de la poesía argentina. Murió en Buenos Aires en 1991, luego de padecer un cáncer de cerebro y tras una época de reclusión en la oscuridad de su casa. Te invitamos a ver esta biografía audiovisual realizada por Canal Encuentro.
Fuera de la caja Si buscamos definir la poesía de Thénon, nos viene a la mente el texto que escribió la poeta argentina María Negroni en el Prólogo del libro La morada imposible (Tomo I. A cargo de Ana M. Barrenechea y María Negroni, Ediciones Corregidor, 2001). Allí puede leerse: “La poesía se prueba con la poesía, escribió Susana Thénon. Sus poemas son dardos, espejismos nocturnos, pequeños artefactos dispuestos, una y otra vez a combatirse a sí mismos. Con ellos, hay que ir hasta el final. Empeñarse en ese borde filoso del lenguaje, saturado de ritmos irresueltos, y quedarse allí a ver qué cosas despiertan en
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la página. ¿De qué hablan estos poemas? ¿Cuántos muertos esconden? ¿De qué herida buscan la cicatriz para hacerla más roja, más estable? Susana Thénon es una poeta huérfana y sigilosa. Como si estuviera unida a aquello que perdió, su voz habla para no decir nada o, mejor dicho, para ser la voz de la cosa ausente. No hay otro mundo, pareciera afirmar, porque no hay mundo. O bien, en las palabras canta siempre el orden de la muerte, es decir lo ya cantado. Más vale desertar de lo expresable (que nos exilia de nosotros mismos) y después quedarse a la intemperie, en esos paisajes sedientos donde está la casa —sin tejado— de la poesía, su centro inubicable y apurado por conquistar la precariedad, su tembladeral de pesadillas y luz. Al poema le incumbe todo, aún la tierra más ingrata, escribió. Quizá por eso, en ese arco obsesivo que va desde Edad sin tregua (1958) hasta Ova Completa (1987), los “lugares extraños” se reiteran como signos que aluden a la “caducidad trágica y tierna del lenguaje”, entendida como esa “distancia mínima que existe entre nosotros y nosotros mismos, o entre nosotros y lo otro”, para decir la huella de cada soledad, extrañamiento o desarraigo. Hay en esta obra, pareciera, una geografía centrífuga que gira hacia el afuera de sí misma para abismarse en lo que no se ve, lo que se ignora o calla por razones de buen gusto o buenos modales, acaso en la confianza de que solo un mapa deformado puede ceder el esqueleto de ciertas obsesiones. La sensación de extravío, de dolorosa amatoria de lo derogado. Siempre un paso más. Siempre una grieta interpuesta, como un pliegue donde es posible ir a buscar eso que los poemas no pueden explicar, pero sí comprender. Serán poemas para la poesía, escribió. Y en un sentido, lo son. Poemas en bruto, degradados, erguidos como un monumento en un mundo solarmente negro, como cajitas musicales o patrias sonoras. Como el objetivo del procedimiento fuera escenificar el proyecto siempre irrealizable de la significación, recordar que, como dijo Sarduy, el lenguaje deseante de la poesía desconoce la funcionalidad, transgrede lo útil, insiste en el fracaso. Se trata, claro, de un deseo por antonomasia, un deseo de lo inexistente, en el vacío y ciego, para hacer surgir lo imposible: el festín del significado. Si el germen de esta concepción del mundo-como-enigma y del lenguaje-como -ceguera está presente desde un comienzo, es en Ova Completa donde alcanza el clímax de su capacidad corrosiva. Allí, el afán carnavalizador, que multiplica las profanaciones y operaciones de tatuaje, da como resultado un lenguaje que, agobiando la intertextualidad y la parodia, intensifica hasta el límite el carácter 3
bustrofédico del poema. El efecto es de extrañamiento radical. Como si los signos (no las emociones) revelaran un desequilibrio armónico entre la experiencia y el mundo que solo una música desnuda, ambivalente, podría transcribir. Y sí. ¿Qué mejor para inexpresar la realidad, esa opacidad que necesita ser dicha, que una música hecha de partículas familiarmente irreconocibles como la Microphonie de Stockhausen, a medio camino entre una arquitectura de cristal y los enigmas de un fotograma? Nos hace falta agregar que la autora de Ova Completa echa mano por igual del lenguaje “empurecido” y el lenguaje “refinado”. Aristófanes, Apuleyo, Catulo, Bocaccio, Pietro Aretino, Rabelais, Quevedo, Góngora y Joyce son sus maestros. Sin duda, En la masmédula de Girondo —que, al estilo de los mosaicos fonéticos de Haroldo de Campos, inventa, pluraliza o superpone palabras, brindando el espectáculo de una subjetividad escindida— merece figurar en la lista de textos genealógicos. También, por supuesto, la “musiquita muy cacofónica” de La bucanera de Pernambuco o Hilda la Polígrafa de Alejandra Pizarnik. Aunque el paralelismo entre ambas poetas no haya sido señalado, es obvio que comparten varios procedimientos textuales (la carga sexual del significante, la degradación de la cultura, la mezcla de registros discursivos, la deformación del latín o el uso de lo banal) aunque, en Thénon, lo grosero se mantiene en una coordenada menos intensa, el lirismo está ausente, y lo obsceno tiene un cariz más ácido y, a veces, más político. Cuando conocí a Susana Thénon en 1984, de algún modo ya intuía todo esto. Su libro Distancias había sido para mí un universo, el inventario de las posibilidades tonales y sintácticas de un alma. Yo acababa de terminar mi primer libro y leía su poesía como ella, tal vez, miraba danzar a Iris Scaccheri: como a una atleta (del lenguaje) capaz de dibujar sobre la página (del cuerpo) sus danzas invisibles. En julio de 1991, la llamé para pedirle que me presentara La jaula bajo el trapo, manuscrito que me escuchó leer en la penumbra de su departamento. Enseguida, me enteré de su enfermedad, el hospital, la operación. La última vez que la vi estaba totalmente a oscuras ya, perdida en la casa de su madre, de la que hablaba con horror. De esa tarde recuerdo nuestro entusiasmo desmedido —que ocultaba mal el desasosiego— por la palabra “cuchitril”. Espía y poeta, Susana Thénon soñaba con una literatura que cupiera en el hueco de la mano de un niño. Su fin consistió siempre en no rendir cuentas, correr súbitamente al encuentro de las esquirlas del yo para consumar el extravío, no para cancelarlo,
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para volverlo luminoso como un faro. Este libro es un homenaje y un recordatorio, seguramente imperfecto, de todo lo que todavía no sé de ella, de todo lo que todavía no aprendí.”
Ova completa: la ironía como recurso poético "Lo que hace Oliverio Girondo con las palabras yo estoy haciéndolo con la sintaxis. Yo estoy estirando el lenguaje, rompiéndolo, llevando al máximo todas las posibilidades que puede ofrecerme el español, aún con incoherencias y estoy reflejando un estado de cosas al mismo tiempo con estas incoherencias y estas sinrazones", dijo alguna vez Thénon a modo de definición sobre su búsqueda creativa. Te recomendamos leer este ensayo que escribió Thénon para la Revista Sur en 1968, sobre Oliverio Girondo. Dentro del panorama de la poesía latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX, la propuesta de Susana Thénon reivindica un espacio de individualidad y diferencia, figurado particularmente en Ova completa, su último poemario publicado en vida. En los textos que lo conforman se radicalizan las preguntas acerca de los fines, alcances y límites de la lírica. Ova completa propone una dimensión textual densificada a través del uso de la ironía como posibilidad de cuestionamiento y ruptura del discurso lírico. En su ponencia Julieta Gamboa (UNAM, 2013), señala: “La propuesta irónica en Ova completa c ontendría en sí misma un planteamiento crítico tanto ante los recursos formales de la poesía como de sus referentes, si se considera como una propiedad de la crítica (siguiendo a Judith Butler) que ésta “comienza cuestionando la exigencia de obediencia absoluta y sometiendo a evaluación racional y reflexiva toda obligación impuesta sobre los sujetos” (Butler, 2008: 45). En este sentido, en el poemario de Thénon opera una negación del texto poético como un espacio sublime, figurado éste más bien como un territorio de confluencia de discursos.1
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Seguimos aquí la ponencia de Julieta Gamboa (UNAM, 2013).
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En principio, el título del poemario cuestiona la idea de “obra completa” como una forma tradicional de plantarse frente a la literatura, en la que se niega lo fragmentario. El título juega con la idea extendida de la posibilidad de abarcar la totalidad de la obra de un autor. Desde la academia y el espacio del mercado editorial el concepto inherente a la obra completa implica una clausura, por lo tanto, lo que ocurre en el poemario de Thénon es un cuestionamiento hacia ese espacio de legitimación del sistema literario, al objetar la idea de consagración autoral.” El poema del mismo nombre, Ova completa introduce mecanismos textuales que dilatan las fronteras de lo lírico, como la inserción de una nota al pie que explica el título, según la propia Thénon define en su libro: “OVA: sustantivo plural neutro latino. Literalmente: huevos. COMPLETA: participio pasivo plural neutro latino en concordancia con huevos. Literalmente: colmados. Variantes posibles: rellenos, repletos, rebosantes, henchidos.” Señala Gamboa: “El texto juega con la idea de literalidad, posicionándose críticamente ante una visión del lenguaje como exacto, preciso y unívoco. Al mismo tiempo, inserta un elemento formal del campo científico o académico dentro del poema, con lo que se pretende diluir las fronteras genéricas.” En este libro de Thénon, aparece la vida cotidiana, el lenguaje coloquial, la parodia, el lunfardo, la posibilidad del humor en la poesía argentina en referencia a la mujer y la sátira.
Los amores de Susana En una nota en el suplemento Soy, de Página/12, la escritora Gabriela Cabezón Cámara rescata algunas anécdotas: “De los grandes amores de Thénon, la primera, y la que siempre estuvo con ella, fue Ana María Barrenechea, una lingüista y crítica argentina muy importante durante el último tercio del siglo pasado. Nacida en 1913, 22 años antes que su poeta amada, tenía, como toda su generación, el clóset tatuado en la sangre. Pero lo que pide pista termina corriendo. Paola Cortés Rocca -investigadora y profesora argentina, doctora en Literaturas Romances por la Universidad de Princeton- que trabajó en su más temprana juventud
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en el Instituto de Filología Hispánica de la UBA, entonces dirigido por Barrenechea, cuenta algunas anécdotas: - En un concurso, Ana María Barrenechea pregunta cómo hacer para que los alumnos no se copien o no le hagan la monografía a otro. Florencia Calvo, que era una de las personas que estaban concursando, empieza a dar respuestas. Entonces Anita dice: ‘Yo voy a contar una cosa personal. Me acuerdo de que Susana Thénon tenía que hacer una monografía sobre El Quijote y empezaba con la biografía de Cervantes y no pasaba de la segunda línea. Y entonces le dije: ‘dejá que te la hago yo, sino no nos acostamos más’’. Todo el mundo se quedó helado porque ella era re-clóset, nunca jamás iba a decir nada; tenía un montón de amigas, todas tortas, pero no decía una palabra del tema. Ahí me di cuenta de que había sido la novia o la mujer de Anita.
Y en algún momento me empieza a mostrar los libros de Thénon anotados por ella, porque ella escribía sobre Thénon. En un momento, me cuenta que Susana Thénon en una época se había hecho muy amiga de otra -o sea que estaba de novia-: la bailarina Iris Scaccheri. La fotografió muchísimo. Y con Barrenechea juntaron dinero y sacaron un portfolio bellísimo con esas fotos. Yo tenía 23 años, estaba en el Instituto (de Filología Hispánica de la UBA, entonces dirigido por Barrenechea) y lo que escuchaba era eso. Era de un feminismo raro; católica a la vez, los domingos iba a misa. Al final, Thénon se enfermó y Anita la cuidó. No sé cuánto tiempo fue su novia, su mujer o su 7
amante, lo que fuera, pero tuvo una amistad de toda la vida. Tuvo cáncer en el cerebro, algo horrible”. Thénon era individualista y esquiva, prefiriendo fotografiar a dejarse capturar por la cámara, motivo por el cual hay tan pocas fotos suyas. Sus imágenes más conocidas son los retratos del fotógrafo ruso Anatole Saderman.
Entre 1974 y 1982 abandonó por completo la escritura para fotografiar a su pareja Iris Scaccheri, famosa coreógrafa y bailarina clásica, que estaba de gira por el mundo. Estos retratos fueron publicados en Acerca de Iris Scaccheri, editado por Anzilotti en 1988, una carpeta con 30 fotografías en blanco y negro. Brindis a la danza, editado por Leviatán, es una compilación de textos de Scaccheri y fotografías de Thénon (2011). Escribirá Thénon: “Iris golpeó la tierra con una larga vara blanca y subió por su propia cabellera. El espacio giró a su alrededor. El espacio era un ser de infinitas dimensiones que despertaba y bailaba su conjuro. Entonces comprendí que me había encontrado con la danza. Era más, mucho más que la belleza. Era la verdad pura. Me alegré de estar viva y nunca la abandoné.” Te invitamos a ver a Iris Scaccheri bailando en este video homenaje. Thénon expondrá su obra en diferentes galerías, la más importante en 1982 en el Centro de Arte y Comunicación.
Thénon va al teatro En mayo de 2017, el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti de La Plata realizó una maratón de homenajes dedicados a Susana Thénon. Cartas, fotografías y poemas, además de una puesta especial a cargo de Silvio Lang rescata la ideología del lenguaje poético donde el feminismo y el deseo lesbiano marcan la diferencia. La
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muestra incluyó las fotos con las que Thénon consiguió conquistar y capturar a la bailarina Iris Scaccheri. Como señala Silvio Lang, en la nota de Gabriela Cabezón Cámara antes citada: “Una frase muy potente, que tomamos como el lema de la obra que estamos haciendo, es ‘filosofía significa ‘violación de un ser viviente’’. La Academia es la institución paradigmática que produce ese tipo de violación sobre la corporalidad; produce un tipo de racionalidad donde el cuerpo tiene que ser puesto en suspenso. Es una operación del pensamiento filosófico occidental que va junto con la producción del pensamiento religioso: la institución iglesia y la institución académica están trabajando en complicidad. Y esto Susana lo lee, como lee el colonialismo español, el extractivismo norteamericano sobre el pensamiento sureño”. La iglesia, va a decir Lang en minutos, entra a los poemas de Thénon por el latín. Para lo del colonialismo español, y el estadounidense de un solo tiro, leáse “Poema con traducción simultánea español-español”. Acá una puntita: “Cristóforo gatilló el misal / (Christopher disparó el misil) / dijo a sus pares / (murmuró a sus secuaces) / coño / (fuck) / ved aquí nuevos mundos / (ved aquí a estos inmundos) / quedáoslos / (saqueadlos)”.
Entra, también, su (ay, ¿nuestra?) contemporaneidad política en forma de tango; “Punto final (tango con vector crítico. // la picana en el ropero / todavía está colgada / nadie en ella amputa nada / ni hace sus voltios vibrar.” De esto, de tanto que entra y sale de los poemas de Thénon, también va a hablar Lang: “Algo muy interesante para el campo escénico es que hay muchas voces en los poemas de Thénon. Voces dobladas. Aparece la idea del doble pero como idéntico sino como lo que se viraliza. Esa idea de pensar las palabras más como agentes virales que como
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secuencias semánticas; eso lo puedo conectar con mi investigación, que tiene mucho que ver con trabajar las fuerzas sensibles que hay en la escena que no son el texto. Pensar un campo de la palabra que no sea sólo semántico sino que sea acontecimental, que las palabras produzcan afectos y acciones sobre otras palabras y sobre los cuerpos. Ponerte a hablar estas lenguas que hay en sus poemas; lenguas populares y argots y también cosas del latín y de una lengua alta. Toda esa proliferación de voces la pone en una trama performática y en relación al acontecimiento: qué le pasa a un cuerpo atravesado por esos estados de lengua. Esto es lo que estamos explorando con Alejandra Flechner e Iride Mockert en Las Thénon”, señala Lang. Gabriela Cabezón Cámara se detiene en la relación entre la poesía y la música: “Otra cosa que hay en estos poemas es música: lo cuenta ella misma en una de las cartas que fueron editadas por María Negroni y Ana María Barrenechea en La morada imposible (Ed. Corregidor), los dos volúmenes que reúnen su obra completa. Los escribió escuchando música contemporánea: Stockhausen, Ligeti. Que no lo pensó mucho dice, que escribió nomás sin preguntarse demasiado. Por eso en Las Thénon algunos poemas son canciones. Por ejemplo, el de la amada de Ramos Mejía, un poema lésbico en tono inédito para esos años, sin sublime ni tragedia, y a dos voces que contrastan, una vez más, dos lenguas posibles. Y en ese contraste aparece el humor: “Si durmieras en Ramos Mejía / amada mía / qué despelote sería// cómo fuera yo a tus plantas / cómo esperara tranvías / cómo por llegar de noche / abordara a mediodía // qué despelote sería”. Es una cumbia en las voces de Flechner y Mockert.”2
Poemas de Susana Thénon ¿por qué grita esa mujer? ¿por qué grita? ¿por qué grita esa mujer? andá a saber esa mujer ¿por qué grita? andá a saber mirá que flores bonitas ¿por qué grita? jacintos margaritas ¿por qué? ¿por qué qué? 2
En https://www.pagina12.com.ar/39964-hola-susana
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¿por qué grita esa mujer? ¿y esa mujer? ¿y esa mujer? vaya a saber estará loca esa mujer mirá mirá los espejitos ¿será por su corcel? andá a saber ¿y dónde oíste la palabra corcel? es un secreto esa mujer ¿por qué grita? mirá las margaritas la mujer espejitos pajaritas que no cantan ¿por qué grita? que no vuelan ¿por qué grita? que no estorban la mujer y esa mujer ¿y estaba loca mujer? Ya no grita (¿te acordás de esa mujer?) Canto Nupcial (Título provisorio) me he casado me he casado me he dado el sí un sí que tardó años en llegar años de sufrimientos indecibles de llorar con la lluvia de encerrarme en la pieza porque yo -el gran amor de mi existencia-
de Ova completa, 1987.
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no me llamaba no me escribía no me visitaba y a veces cuando juntaba yo el coraje de llamarme para decirme: hola, ¿estoy bien? yo me hacía negar llegué incluso a escribirme en una lista de clavos a los que no quería conectarme porque daban la lata porque me perseguían porque me acorralaban porque me reventaban al final ni disimulaba yo cuando yo me requería me daba a entender finamente que me tenía podrida y una vez dejé de llamarme y dejé de llamarme y pasó tanto tiempo que me extrañé entonces dije ¿cuánto hace que no me llamo? añares debe de hacer añares y me llamé y atendí yo y no podía creerlo porque aunque parezca mentira no había cicatrizado sólo me había ido en sangre entonces me dije: hola, ¿soy yo? soy yo, me dije, y añadí: hace muchísimo que no sabemos nada yo de mí ni mí de yo ¿quiero venir a casa? sí, dije yo y volvimos a encontrarnos con paz
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yo me sentía bien junto conmigo igual que yo que me sentía bien junto conmigo y así de un día para el otro me casé y me casé y estoy junta y ni la muerte puede separarme Fundación Como quien dice: anhelo, vivo, amo, inventemos palabras, nuevas luces y juegos, nuevas noches que se plieguen a las nuevas palabras. Hagamos otros dioses menos grandes, menos lejanos,más breves y primarios. Otros sexos hagamos y otras imperiosas necesidades nuestras, otros sueños sin dolor y sin muerte. Como quien dice: nazco, duermo, río, inventemos la vida nuevamente Juego Despojémonos de todo aquello seguro que se proyecta al exterior con trazo lentos y definitivos. Todos empleados en la tarea de ser, vivir, sentir 13
sin otros lazos. Y quien no atine a sofocar su amor por lo prohibido, reclame su derecho al dolor, su penitencia. Despojémonos de todo cuanto nos conformó a imagen y semejanza nuestra y gustemos sabiamente para el recuerdo el minuto absurdo y libre. 32 vomitar sueños croar de pena de lejanía llevar alimento a una torre abrir dos ojos a la vez aunque la cuerda salte y algo llore en la noche del ropero Aquí CLÁVATE, deseo, en mi costado rabioso y moja tus pupilas por mi última muerte. Aquí la sangre, aquí el beso roto, aquí la torpe furia de dios medrando en mis huesos. Quién ¿Quién caerá primero? ¿Quién estará solo primero? ¿Quién se resistirá inútilmente al cielo que avanza? La antología
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¿tú eres la gran poetisa Susana Etcétera? mucho gusto me llamo Petrona Smith-Jones soy profesora adjunta de la Universidad de Poughkeepsie que queda un poquipsi al sur de Vancouver y estoy en la Argentina becada por la Putifar Comissión para hacer una antología de escritoras en vías de desarrollo desarrolladas y también menopáusicas aunque es cosa sabida que sea como fuere todas las que escribieron y escribirán en Argentina ya pertenecen a la generación del 60 incluso las que están en guardería e inclusísimamente las que están en geriátrico pero lo que importa profundamente de tu poesía y alrededores es esa profesión –aaah ¿cómo se dice?– profusión de íconos e índices ¿tú qué opinas del ícono? ¿lo usan todas las mujeres o es también cosa del machismo? porque tú sabes que en realidad lo que a mí me interesa es no sólo que escriban sino que sean feministas y si es posible alcohólicas y si es posible anoréxicas y si es posible violadas y si es posible lesbianas y si es posible muy muy desdichadas es una antología democrática pero por favor no me traigas ni sanas ni independientes
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Podés escuchar este poema leído por la propia Thénon en el siguiente link. Te recomendamos leer el artículo de Paola Rocca, Rueda de mujeres, acerca de Susana Thenon. Y también el libro Ova completa. Esperamos tus comentarios en nuestro punto de encuentro y seguimos hablando sobre la obra de Thénon en nuestro encuentro por Meet (próximamente). Tomando la estructura y la idea del poema Canto Nupcial, te proponemos que escribas un poema (o texto) que aborde con humor por qué te casarías (o no) con vos. ¿Te animás? Compartilo en el grupo.
A modo de curiosidad te invitamos a ver los originales que atesora el fondo documental de la UNTREF.
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Claves para leer a Susana Thénon
● El humor y la ironía, en Thénon es una clave central. ● La manera en que toma un tema crudo y logra ponerlo sobre la mesa de una forma novedosa y llena de reverberaciones. ● La inclusión del lenguaje coloquial, las frases hechas, el habla popular y lo que se llama habitualmente “sentido común”, que Thénon lo toma para cuestionarlo y proponer otra mirada. ● Su poética se caracteriza por tener un lenguaje filoso y mucho ritmo (música). ● Su apuesta estética la ubica en un lugar de absoluta originalidad dentro de la poesía argentina. ● Trabajó como fotógrafa de teatro y danza, creando imágenes de alta belleza.
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Bibliografía Alcalá Victoria. Susana Thénon, loba esteparia. Buenos Aires : Ediciones Lamas Médula, 2020. Thénon, Susana. La morada imposible; edición a cargo de Ana M. Barrenechea y María Negroni. Dos tomos. Buenos Aires : Corregidor, 2001-2004. Thénon, Susana. Ova completa. Buenos Aires : Sudamericana, 1987. Thénon, Susana. Distancias Buenos Aires : Torres Agüero, 1984. Thénon, Susana. Rainer María Rilke : palabra e imagen / exposición fotográfica de Susana Thénon. Buenos Aires : Instituto Goethe, 1979. Thénon, Susana. De lugares extraños Buenos Aires : Carmina, 1966. Thénon, Susana. Habitante de la nada. Buenos Aires : Thiriel, 1959. Thénon, Susana, 1935-1991. Edad sin tregua. Buenos Aires : Cooperativa Impresora y Distribuidora Argentina, 1958.
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