Paying The Debt - Madison Faye

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PAYING THE DEBT _________________________ MADISON FAYE

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PAYING THE DEBT Ella es mía para mantenerla, mía para sostenerla. Mía para entrenar, y mía para poseerla. Algunos me llaman demonio, un hombre malo que hace cosas muy malas. No están equivocados. Pero eso es antes de que ella caiga en mi vida... la demasiado pura, demasiado inocente, demasiado intacta Skye Jensen. Es demasiado buena para un sucio rey de la mafia como yo, pero eso no me detendrá. La he estado observando por más de lo que ella sabe, y mi interés se ha convertido en una obsesión. Estoy consumido por la pura necesidad de tomarla, reclamarla y hacerla mía y sólo mía. El pedazo de mierda que la puso como garantía en un juego de cartas que no pudo ganar nunca la mereció de todos modos. Y ahora es mía. Toda ella. Seré un monstruo despiadado para el resto del mundo, pero nunca para ella. Adoraré cada centímetro de ella, y le mostraré cosas que ni siquiera ha soñado. Lucharé con todo el maldito mundo para mantenerla a salvo. Porque lo que es mío es mío. Para siempre. ¿Héroe alfa dominante y completamente obsesionado? Comprobado. ¿Tan dulce que tus dientes te dolerán? ¡También compruébalo! ¿insta-love arrancado hasta el máximo absoluto? ¡Comprobado y comprobado! Si te gusta rápido y sucio y tan caliente y dulce, ¡éste es para ti!

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Copyright © 2017 Madison Faye Cover: Fotografía creativa del Conejo Blanco: Modelo Wander Aguiar: Peter P.

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1 SKYE Mis ojos se arrastran hasta la enorme y masiva puerta de madera. La casa es enorme, incluso para los estándares de Malibú. Todo el vidrio y las vigas expuestas - sexy, lujosa, enorme y expansiva. Rico. Aterrador. Algunas personas vienen a Malibú, la brillante joya de la corona de Los Ángeles, para buscar fortuna. Pero la mayoría están aquí para mostrar la fortuna que ya tienen. Quiero decir, cada casa en el camino aquí está fácilmente empujando veinte millones por pieza, con otro par de millones en coches en la entrada o barcos en puertos deportivos privados. Pero esta casa los supera a todos. No estoy aquí para buscar mi fortuna, y ciertamente no estoy aquí para presumir, ya que no tengo ninguna fortuna de la que hablar, en absoluto. Soy lo opuesto a rico, no sólo pobre, porque "pobre" sería una mejora del estado actual de las cosas para mí. No, he pasado de "pobre" a algo peor. Deuda. No es mío, pero ahora esta en mis hombros. Mío para llevar. Trago, mirando al conductor. Por muy aterrador que sea, aunque no haya dicho una palabra y apenas me haya mirado durante todo el camino hasta aquí. Esta vez no es diferente. El casco de un hombre está inmóvil al lado del Bentley, impasible como la puerta que tengo delante, sus ojos sombreados no se encuentran con los míos. No tengo ni idea de qué esperar más allá de estas puertas. ¿Servidumbre? ¿Prisión? ¿Tortura? Tiemblo, mi corazón se acelera y mis entrañas se convierten en gelatina cuando el peso de la realidad de esto me golpea. Porque a partir de ahora, pertenezco a un monstruo. Nunca conocí a Jagger Kovac antes, pero por supuesto que lo conozco. La mayoría de la gente puede que no, la verdad, pero en mi casa, el nombre es como el Papa. El Sr. Kovac opera en las sombras. Es el hombre del saco, el los hilos de la mayor parte del crimen

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organizado de California, si no de todo el sector occidental de los Estados Unidos, después de haber tomado el relevo de su tío hace unos años. No es un gángster, no es una de esas personas de las que se oye hablar, o se ve en coches llamativos, o se lee en los periódicos cuando los atrapan. Jagger Kovac está por encima de todo eso. Manos sucias que nunca se ensucian. Mi padre es uno de los subordinados, un traficante de drogas de bajo nivel, por no hablar de un borracho malvado, un jugador, y un perdedor frecuente y doloroso. Y por eso estoy aquí, por una apuesta. Una maldita mesa de apuestas en la que fue tan estúpido como para meterse con Jagger. Conmigo como premio. No, de verdad. Mi padre pierde una estúpida mano de póquer, y ahora pertenezco a Jagger Kovac. Pago de una deuda. Me da escalofríos pensar que la puerta se abre silenciosamente delante de mí. Un hombre mayor , recatado y tranquilo, me introduce en el enorme vestíbulo, la puerta interior flanqueada por dos altas palmeras interiores. Desde donde estoy parado, puedo mirar a través de la enorme sala de estar, y más allá de ella, el brillante azul del Océano Pacífico brillando en el sol de So-Cal. "Por aquí, Sra. Jensen." El mayordomo, o criado, o lo que sea, sólo dice esas cuatro palabras antes de hacer un gesto con la barbilla, guiándome a través de la casa hasta la sala. La vista es impresionante aquí, y prácticamente arrastro mi mandíbula por el suelo cuando él asiente con la cabeza a una silla que da a la vista por la ventana - indicando que me siente. "Por favor, espere aquí al Sr. Kovac". Asiento rápidamente, con recato, tratando de actuar como si esto fuera algo que hago todo el tiempo. Como si llegar a hermosa, casas palaciegas porque los jefes de la mafia que viven en ellas que ahora me poseen es algo habitual para mí. El mayordomo no me mira a los ojos, sólo asiente con la cabeza y espera a. La casa está en silencio, y puedo sentir mi corazón acelerándose de nuevo mientras miro el agua. Mis manos suavizan la crema con

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estampado de flores rosas que llevo sobre mis muslos. Es la cosa más bonita que tengo, y por cualquier razón, algo dentro de mí quería que me viera bien para hoy. Para él. Nunca nos hemos visto, pero de nuevo, sé quién es, y ciertamente conozco su reputación. Despiadado, brutal y dominante. Jagger Kovac dirige el imperio que controla con mano de hierro - exigiendo lealtad y obediencia como un rey de una tierra antigua. Y cuando incluso los malvados endurecidos como mi padre y sus amigos le temen, saben que es más que un rumor y una reputación. Esa es la parte que debería aterrorizarme. Es saber todo eso sobre el hombre más importante de un vasto imperio crimina debería hacerme temblar de miedo, o llorar, o rogar por misericordia. Pero hay otra parte de Jagger Kovac, y no son las historias que escucho de los amigos borrachos y drogados de mi padre. No es por la reputación de ser un temible y dominante jefe del crimen. Es que una vez, unos años antes, vi al hombre que casi nadie ve, y después de eso, algo dentro de mí se incendió. Fue en una boda para el hijo de uno de los subjefes de Jagger. No tengo idea de cómo mi padre, un traficante de drogas de mediana edad, recibió una invitación, pero insistió en traerme. Y ahí fue. Fue entonces cuando sentí sentimientos malvados, acalorados e ilícitos como ese en lo profundo de mi ser por primera vez en mi vida. Sólo había aparecido por un momento. Después de todo, esto fue poco después de que se hiciera cargo del imperio, y estoy seguro de que había más de unos pocos que lo querían muerto para intentar quitárselo. Pero el hombre cuyo hijo se iba a casar había sido uno de los mejores hombres del tío de Jagger, así que el deber le obligó a aparecer. Y Dios, qué apariencia. Porque a pesar de toda la cicatrización y la temible y brutal reputación que lo rodea, hay una cosa que yo no había sabido del jefe de mi padre antes de esa noche: Jagger Kovac era precioso. No fue de una manera Brad Pitt, como en Hollywood, o uno de esos chicos guapos que arrullan canciones de amor en los videos

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musicales. No, Jagger Kovac era hermoso, y oscuro, y hermoso de una manera muy madura. Pelo oscuro y ojos aún más oscuros e inquietantes. Una mandíbula tallada en madera, y fuertes rasgos de Europa del Este que resaltaban su origen serbio. Había llevado su traje azul oscuro sin corbata esa noche, la camisa blanca de vestir abierta en el cuello y la tinta arremolinada de sus tatuajes negros oscuros que se asomaban. Los hombros anchos y musculosos, como los de un jugador de fútbol o algo así, estiraban el material del traje . Miré, con la boca seca y jadeando, cómo sus bíceps se ondulaban y se tensaban en las mangas al estrechar la mano. Nunca antes había sentido la malvada y burlona sensación que sentí dentro del instante en que lo vi, pero sabía una cosa. Me gustó. Me gustaba la forma en que me hacía sentir este hombre peligroso, brutal y ferozmente sexy, sucio, con cosquilleo, excitado y asustado, todo al mismo tiempo. Pero eso fue hace años. Y además, aunque me hubiera visto entonces, y estoy segura de que no lo hizo, todo lo que habría visto sería una niña tonta y torpe mirándolo como un bicho raro. Así que, por mucho que mis sucias e inapropiadas fantasías quieran fingir que es por eso que estoy aquí, sé que no lo es. No, estoy aquí, en este precioso castillo de cristal de una casa, porque el cabrón de mi padre se fue de juerga, luego se fue de juerga, y luego decidió clavarme una última mano. Y perdido. No estoy aquí porque Jagger Kovac me quiera, como mis pequeñas fantasías bromistas quieren pretender. Estoy aquí porque soy suyo ahora, y todo por un mal empate en un juego de cartas. Si mi padre no fuera el cruel y rencoroso ser humano que es, Jagger podría tener otra pila de fichas de póquer, o las llaves de un coche, o incluso un pagaré en su poder ahora mismo. En cambio, me tiene a mí. Me estremezco, suavizando mi vestido de sol otra vez mientras dejo que mi mirada se desvíe sobre la hermosa y serena vista del océano. Siento su presencia antes de oír sus pasos, y cuando mi corazón salta a la garganta, empiezo a ponerme de pie. "No".

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La voz es como la de un vikingo, fuerte, poderosa, dominante y amenazante a la vez. Y sin embargo, hay un toque de algo caliente allí también - un matiz de algo ferozmente protector. Me congelo al oír la orden, el aliento se acelera y mi piel se estremece al oírle acercarse a mí por detrás. "Siéntate". Asiento rápidamente, alisando mi vestido mientras hago lo que él dice. Las tontas fantasías y ensueños de chicas se desvanecen, reemplazadas por el frío miedo y la brutal realidad que ahora estoy en posesión de este temible hombre. Se mueve justo detrás de mi silla, y me estremezco al sentir el calor de su cuerpo. Puedo oler su olor. Algo que huele caro, poderoso y limpio. Por un segundo, tengo la extraña idea de que un hombre con esta reputación debería oler a humo y azufre, como el diablo que me han dicho que es. Y sin embargo, en cambio, huele, bueno... Bien. Muy, muy bien. Sus manos encuentran mis hombros desnudos, y tiemblo al contacto. No estoy seguro de si quiero saltar de la silla y correr o fundirme con él. El calor de esas manos se filtra en mis músculos tensos, los dedos fuertes y poderosos rozan mi piel y dejan rastros de cosquilleo al trazar las tiras de mi vestido. De repente sé que no quiero huir. Quiero derretirme. "Estás aquí ahora". Su voz es un barítono suave y acerado, áspero y sin embargo cálido, con el toque de acento de su fondo. Asiento con la cabeza. "Sí", digo en voz baja. "¿Y sabes por qué estás aquí?" ronronea, esta vez la voz más baja y más cerca de mi oído. Tiemblo de nuevo, mis ojos medio cerrados mientras esas poderosas manos acarician mi piel y esa voz oscura, profunda y dominante se derrite a través de mis oídos. Asiento de nuevo, jadeando. "Bien", Jagger gruñe con desprecio. "Porque ahora eres mia".

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2 JAGGER "Señor, ha llegado". Asiento distraídamente, silenciosamente furioso con Wilfred por interrumpir el santuario de mi estudio, aunque ya le he ordenado previamente que me diga cuándo está aquí. Es redundante. Por supuesto que lo sabía cuando llegó. Vi el progreso del coche mientras se movía desde el cagadero de su padre en Lincoln Heights, a través de la ciudad, bajando por la 101 hacia Malibú. Vi en las ventanas , mirando sabiamente hacia otro lado y evitando lo que estoy seguro que era la monstruosa tentación de tocarla cuando salía del coche. Porque eso es lo que hace. Tentar. Le hago señas a Wilfred, sacando mi carpeta sobre Tommy Jensen. Su padre. Tommy es un pedazo de mierda hasta el décimo grado. Desde que me hice cargo del imperio de mi tío Zoran, mi misión ha sido cortar todos los lazos con lo que considero una mierda que está por debajo de mí... la mierda con la que quiero que nuestro imperio, bajo mi dirección, no tenga nada que ver. La prostitución fue lo primero, porque diablos no. Sé lo que significa estar tan desesperado por comida y refugio que venderás una parte de ti mismo para conseguirlo. Lo vi en Serbia, durante la guerra. Vi cómo se apagaba la luz en los ojos de mi hermana mayor Mina mientras pasaba noche tras noche fuera de casa, volviendo a casa rota y llorando, pero con comida. He visto la desesperación, y no la venderé en mis calles. Después de la muerte de nuestra madre, víctima de un fuego cruzado al tratar de sacarnos de un vecindario devastado por la guerra, fue mi tío Zoran quien nos llevó con él a los Estados Unidos. Zoran tenía conexiones, y fue aquí en Los Ángeles donde iba a asumir un puesto de capitán dentro del sindicato del crimen. Ascendió rápidamente, hasta que llegó a la cima. Yo, disfruté de la tutela de un

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hombre así. Aprendí a pelear, a lidiar, a impresionar el poder sobre los demás. Aprendí a ser un hombre. Pero mi hermana aprendió a enterrar las heridas de lo que había soportado en casa con nuevos vicios: las drogas. Y eso trae algo a la segunda cosa que he hecho mi misión de cortar nuestro negocio desde que me hice cargo. La prostitución se fue rápidamente, pero las drogas están demostrando ser más difíciles de extraer. Aparentemente la heroína tiene más poder de atracción que el coño para mucha gente. El expediente de Tommy Jensen era para buscar los puntos débiles. Después de todo, quería ofrecerle una salida a su línea de trabajo antes de simplemente sacarlo de debajo de él. Soy un hombre poderoso y fuerte, y conseguiré lo que quiero. Pero también soy lo suficientemente listo para ofrecer la zanahoria antes de romper un palo sobre la maldita cabeza de alguien. Pero con el expediente de Tommy llegó ella. Skye. No sabía que Tommy tenía un hijo. Quiero decir, mierda, ¿quién se habría criado con esa escoria? Pero él lo hizo, y por suerte, supongo que tomó cada gota de su ADN de su madre. Precioso, sauce, y pequeño. Pelo rubio grueso y ondulado, grandes ojos azules, y labios exuberantes que hacen que la sangre me lata la polla. Y tan jodidamente inocente. Tan inocente, tan dulce y tan puro, y aquí estoy en un mundo empapado de suciedad y pecado. Encontrarla a través de ese expediente fue como un maldito rayo de sol. Mi Skye azul brillante. Encontrarla en ese expediente también me hizo la polla más dura que nunca. Me hizo sentir cosas que nunca había sentido antes, y querer más profundamente y con más convicción de lo que nunca había querido nada. Me hizo temblar la mandíbula, mi sangre corría como el fuego, y mi deseo de que me tragara. Así que le presté atención. Y fue entonces cuando me enteré de la fea verdad. Al observarla, vi la forma en que Tommy trataba a su hija. Vi la forma en que le exigía que cocinara y limpiara para él como una especie de sirvienta. Vi la forma en que le hablaba como si fuera

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basura, y la forma en que la intimidaba como el hombre mierda que es. Vi la forma en que la golpeó cuando le dio la gana, y fue entonces cuando mi sangre se convirtió en gasolina ardiente. Al principio, simplemente pensé en matarlo. Después de todo, un hombre que trata a un ángel absoluto de una criatura como esa apenas merecía estar vivo. Pero entonces, decidí que lo necesitaba, para conseguir lo que realmente quería. El deseo se convirtió en necesidad, y la necesidad en obsesión. No sé cómo Tommy se metió en ese juego el otro día, pero en lugar de echarlo, lo dejé jugar. Vi mi movimiento cinco pasos antes de que lo hiciera, como todo en mi vida. Lo vi enterrarse en su racha perdedora, hasta que no le quedó nada. Bueno, casi nada. "Seguramente hay algo más que podrías poner sobre la mesa." Había empezado a hacer su guardia, pero yo sacudí la cabeza. Literalmente no tenía ningún interés en su imitación de mierda de Omega. Las llaves de su Toyota Camry vinieron después, y me pude haber reído. Mi puto traje en esa mesa costaba más que su coche. "No, Tommy", dije de manera uniforme, con los ojos fijos en él. Había pensado en otro momento o dos, en beber dos grandes tragos de whisky. "Tengo a esta chica, Sr. Kovac", me dijo en voz baja, sonriéndome con desgana. "Ella baila en el Club de Gatos de Polo. Un número muy caliente, y déjeme decirle que le chupará el cromo a..." "No estoy ni remotamente interesado en tus malditos segundos descuidados, Tommy", escupía acaloradamente, mis ojos se estrechaban y mi mandíbula se apretaba. Su cara había palidecido, y yo había ginebrado. Aquí estaba el set. "Tal vez deberías dar por terminada la noche, Tommy". Asentí con la cabeza a mis chicos, y empezaron a moverse cuando la voz de Tommy se cortó. "No, espera". Yo sonreí. "Hay algo más".

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Levanté la vista para verle masticar su labio, ese arreglo de chatarra de jugador en toda su cara. "Tengo algo más". "Estoy escuchando", gruñía. Tommy se había encogido de hombros. "Yo... tengo una hija". De nuevo, podría haberlo matado ahí mismo. ¿Un hombre ofreciendo a su hija como una apuesta, a un hombre como yo? Qué desperdicio de oxígeno en este planeta. Qué pedazo de basura humana. Y debería haberlo cortado en dos ahí mismo, excepto... ...excepto que estaba a punto de darme lo que quería. "Es una cocinera bastante decente, y limpia muy bien". Asentí impasible. "Acaba de cumplir dieciocho años." Que Dios me ayude, mi polla se convirtió en piedra en mis pantalones. Sabía que estaba mal, y la jodí. Pero había estado mirando sus fotos y obsesionado con ella, y ahora, ella iba a ser mía. Todo mío. Así que dejé que Tommy hiciera la apuesta. Lo vi perder, y vi cómo el horror le lavaba la cara antes de que mis hombres lo echaran. Eso fue hace dos días, y ahora está aquí. Por fin es mía. Siempre consigo lo que quiero, y quiero todo sobre Skye Jensen. La huelo antes de doblar la esquina de la sala de estar. Huele a tentación. Huele suave, y sin tocar, como a flores, o a jodidos caramelos. Es tan condenadamente joven. Tan apenas apropiada. Joder, apuesto a que su coño sabe a cielo. Sé por su expediente que no tiene novio. Sé que no sale con nadie, o que no sale, lo cual es bueno, porque la idea de que otro hombre le ponga las manos encima, o incluso que la mire como yo he estado mirando sus fotos me hace querer romper algo. Pero nadie lo ha hecho. Estoy casi cien por ciento seguro de que lo es, según mi expediente, pero rezo para que sea virgen. ...porque quiero ser su primero. Quiero ser el que le meta la polla en su exquisito y suave coño por primera vez. Quiero empujar a través de su virginidad y la reclamarla. Quiero ver su cara cuando venga con la polla de un hombre de verdad dentro de ella por primera vez. Quiero llenarla con

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cada maldita gota de mi semen, una y otra vez, hasta que se le salga y le caiga por sus dulces y jóvenes muslos. Mis manos se aprietan a los lados, mi mandíbula apretada mientras finalmente entro en la sala y miro mi premio por detrás. Ella siente mi presencia y comienza a pararse, pero mi voz la detiene. "No". Apenas lo saco, mi pulso se acelera. Se queda donde está, con las manos en el regazo, los hombros apretados. Su pelo largo y rubio se enreda en su espalda y sobre uno de sus tentadores hombros desnudos - entrecruzado con las correas de blanco puro de un pequeño vestido de verano. Por Dios, es como tirar carne a los leones. Mis ojos se fijan en esos hombros desnudos, en esa dulce piel expuesta. Quiero lamer cada centímetro de ese dulce y suave cuerpo. Joder, quiero empujar ese vestido sobre su culo, doblarlo, y dejar que sienta cada pulgada de mi gruesa polla aquí mismo. Me las arreglo para contenerme y me muevo detrás de ella, pero soy incapaz de impedir que mis manos se muevan a esos hombros desnudos. Mi polla se tambalea al primer contacto de mis grandes manos con su piel suave, cálida y flexible. Mis dedos trazan las tiras de su vestido, y mi polla se tensa en los pantalones del traje que la sujetan. Tiembla al tocarme, como si estuviera asustada. Me obligo a no agarrarla tan fuerte, y a respirar mientras siento el calor que pulsa a través de esa piel flexible. Respiro, sintiendo mi sangre rugir como un león mientras calmo la necesidad de tirar de ella, aplastar mi boca contra la suya y reclamarla como mía inmediatamente. Pero primero, voy a mostrarle que no tiene por qué tener miedo. Ni de mí, ni de nada mientras yo esté . "Estás aquí ahora". Ella asiente con la cabeza. "Sí", dice en voz baja, su voz como un ángel sensual y tentador. "¿Sabes por qué estás aquí?" Ella asiente de nuevo. "Bien", ronroneo en su oído, mi polla se mueve por la forma en que recupera el aliento. "Porque ahora eres mía".

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...y juro por Dios que se queja. Mi mandíbula se tensa y mi mano se desliza sobre esa suave y cálida piel. "Dime por qué estás aquí", gruño. "Para limpiar, y cocinar, y..." "No", digo en voz baja, sacudiendo la cabeza cuando me paro frente a ella. Dejo que mi mano pase por desnudo, disfrutando de la piel de gallina que dejan. "No, por qué estás aquí." Joder, mirarla ahora casi me hace decidirme a no tomar su crack. Se ve tan jodidamente inocente en ese pequeño vestido de sol blanco con las pequeñas flores rosas, su largo pelo rubio cayendo en cascada sobre un hombro, y esas largas y delgadas piernas apretadas tan juntas. Puedo prometer que no están tan apretados que no podría separarlos ahora mismo si quisiera. No estarían tan apretados si pasara mi lengua por esas suaves pantorrillas, separara su s rodillas y lamiera mi camino entre sus piernas hasta que su dulce coño se filtrara a través de sus bragas. "Una apuesta", dice, mirando sus manos en su regazo. Cuando no digo nada, ella continúa de todos modos. "Mi padre, él..." Ella se aleja, y cuando finalmente arrastra sus ojos hacia los míos, veo en sus ojos lo que ya sabía, antes de que vuelva a mirar hacia otro lado. No hay amor allí. Ningún vínculo familiar, o sentimiento de pérdida por dejarlo así. Diablos, puedo empatizar - mi propio padre se fue cuando yo tenía seis años, después de ponerle un ojo morado a mi madre y darme una patada en el estómago. Tal vez sea una razón extra para que ver la forma en que Tommy la ha estado tratando me haga hervir la sangre. ¿Por qué? me hace querer alejarla de él y quedármela para mí. "Ángel", ronroneo en voz baja. Ella me mira de nuevo rápidamente por la suavidad de mi voz. Sé lo que piensa de mí. Sé lo que ha oído, y el efecto que el poder y el miedo que tengo sobre ella. Pero voy a mostrarle que el pasado, hay más. Y es todo para ella.

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Me bajo sobre mis talones, agachándome delante de ella. No vacilo cuando pongo mis manos en sus rodillas desnudas. Ella jadea en silencio, y mi polla palpita dolorosamente entre mis piernas al oírla. Quiero separar sus rodillas ahí mismo. Quiero lamer mi camino hacia esos muslos jóvenes y flexibles. Quiero tirar de sus bragas a un lado, o arrancárselas y pasar mi lengua por su dulce e intacta vagina adolescente. Quiero probar su miel hasta emborracharme, y luego enterrar mi lengua en su culo hasta que pida más. "No estás aquí para ser mi sirviente, ángel", digo en voz baja. Una mano le acaricia la rodilla mientras la otra le levanta el mentón. Dejo que mi pulgar recorra su mandíbula mientras mis ojos arden en los suyos. "Estás aquí para ser mi reina. ”

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3 SKYE Sus manos en mis rodillas hacen que mi estómago haga todo tipo de cosas chifladas. Mi pulso se acelera, la sangre bombea a lugares que me avergüenza admitir. Tiemblo. "Estás asustada". "Yo—” Cierro los ojos, temblando. No lo hago. Bueno, un poco, pero sobre todo estoy tan abrumada por él. Quiero decir, es hermoso, sin mencionar que es aterrador, y oscuro, y enorme. Siento el latido de algo calentado a través de mi núcleo, mi cuerpo se tensa. El traje oscuro que lleva le queda perfecto, quizá incluso mejor que el que llevaba en la boda en la que una vez hace años. Y como la última vez, sus enormes y anchos hombros se tensan en el material y estiran su crujiente camisa blanca de vestir a través de un pecho grueso y musculoso. Y es tan grande que incluso cuando está agachado así, sé que si estuviéramos de pie, se alzaría sobre mí. Me arriesgo a mirar hacia arriba otra vez, y esta vez, caigo, en grande. Esos oscuros, poderosos y hermosos ojo s suyos me atraen. Soy absorbido por su poder, atraído por la perfecta simetría de su mandíbula bien afeitada, sus pómulos definidos y esos labios perfectos. El poder oscuro que parece girar a su alrededor. Su mano me agarra la mandíbula, y yo casi gimoteo en voz alta mientras su pulgar traza mi mandíbula... Su mano firme sobre mi rodilla desnuda envía un pulso maligno de algo tan malo y tan prohibido que persigue a través de mi cuerpo. Sus ojos oscuros se clavan en los míos, y esta vez, no puedo dejar de temblar. Lo ve, y sus labios se retiran con una sonrisa. "No, no lo estoy, yo..." "No tienes que tener miedo", dice suavemente en esa voz profunda, resonante, poderosa y acentuada. Todo esto está mal.

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Se supone que Jagger Kovac es un monstruo. Debería gritarme, o pegarme, u ordenarme que limpie su casa o cocine su cena como su nuevo esclavo. Eso o decirme que haga cosas horribles y sucias. Mi cara arde al pensarlo. No es la primera vez que lo he pensado tampoco - la idea de que mi propósito aquí no es sólo ser un sirviente para un hombre que probablemente ya tiene un montón de sirvientes. Y me avergüenzo de que ese pensamiento haga que mi cuerpo sienta un hormigueo. Horriblemente. Su mano en mi barbilla cae hasta mi rodilla junto con la otra, y se mueven ligeramente hacia arriba. Apenas, pero lo suficiente para hacerme saber que sabe lo que me está haciendo. Mi corazón se da la vuelta en mi pecho, mi aliento se recupera. "No soy quien crees que soy", dice en voz baja, con fuerza. Su olor es embriagador, se arremolina en mi cabeza y envía sensaciones de hormigueo por mi cuerpo hasta que puedo sentir mis muslos apretados. No digo nada, pero de alguna manera, lentamente, puedo sentirme relajado, el miedo que sentí antes de salir lentamente de mi cuerpo. "¿Sabes por qué te he traído aquí?" Sacudo la cabeza. "Para cuidarte, ángel", gruñe suavemente, con sus manos apretando mis muslos desnudos. "No vas a limpiar, ni a cocinar, ni a hacer nada nunca más a menos que quieras. ¿Entiendes? Nadie te va a golpear, o te dirá que no puedes seguir tus sueños, o nada de esa mierda nunca más." Su voz se eleva y se eleva mientras habla hasta que prácticamente escupe las palabras. Y mientras tanto, mi corazón late cada vez más rápido, mi aliento se llena de sus palabras. "Eres mía, pero ahora eres mía para protegerte. Mía para mantener. Para salvar. Y puede que me salves a mí también, ángel", termina, su voz suave. Es una locura porque este hombre ni siquiera me conoce, y yo no lo conozco más que por su reputación. Y aún así estoy conectada a él

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instantáneamente. Instantáneamente, quiero que haga todas esas cosas por mí. Quiero que sea mi protector. Mi guardián. Mi cuerpo tiembla. "¿Quieres todo eso?" ronronea. Me trago, mi garganta se estrecha mientras el sentimiento y el poder de sus palabras me agarran. "Si no lo haces, la apuesta es nula. Te llevaré de vuelta a tu vida y a tu gordo..." "No". Sacudo la cabeza. Quedarme aquí con él es una locura, pero querer volver a la cáscara de una vida que tenía antes es más loco. La primera es una locura impulsiva. La segunda es una locura de auto-odio. Y por una vez en mi vida, elijo la espontaneidad. "No", repito, mis ojos se fijan en los suyos y se ahogan en ellos. "No quiero volver". La mandíbula de Jagger se aprieta, y una sombra de algo cruza su cara mientras sus ojos se clavan en los míos. "Piensa en lo que dirás a continuación con mucho cuidado", gruñe. "Si te quedas, serás mía. Mía y sólo mía. ¿Entiendes eso?" Trago, con el pulso martillado en el pecho. Locura espontánea. Quiero ser suya. "Estoy segura", digo en voz baja. Sonríe suavemente, sus ojos oscuros brillan. Sus manos se quedan en mis rodillas, amasando la piel allí antes de que, lentamente, se ponga de pie. "Ven conmigo". Toma mi mano en la suya, que es mucho más grande y poderosa, y me tira suavemente a mis pies. Me saca de la habitación, mano a mano, y mientras caminamos a través de la casa increíblemente hermosa, coloca su otra mano en la pequeña de mi espalda, justo encima de mi trasero. Su sensación allí me hace sentir una gran emoción, y también me hace sentir tan sostenida y protegida. Pasamos por la lujosa casa, y mis labios apenas se cerraron una vez mientras miraba embobado el increíble lugar. "Tu casa es hermosa", susurro.

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"Gracias". Se vuelve, sus ojos se posan en los míos, su mano se aprieta sobre la mía, y su palma presiona calurosamente en la pequeña de mi espalda. "Ahora también es tu casa, sabes." Me ruborizo. Nunca he tenido a nadie que me trate así, como si fuera una princesa o algo así. "Esta es tu habitación ahora". Mi aliento se recupera. Dios. La habitación a la que me lleva es una locura, una enorme habitación de cristal que sobresale de la playa con vistas a tres lados del Océano Pacífico. Una preciosa y suntuosa cama king californiana ocupa el centro de la habitación, lejos de cualquier pared que se encuentre sola como un trono o algo así. Todo en la habitación es tan limpio y prístino, suavidad por todas partes. Nunca he visto una cama o una habitación como esta. "Esto es hermoso", apenas susurro, mi mandíbula se cayó mientras tomo el increíble espacio y las increíbles vistas. Jagger sonríe, sus ojos se arrugan en las esquinas de esta manera que de repente me parece tan sexy. "Me alegro de que te guste". "¿Dónde está tu habitación?" Mi boca se cierra en cuanto lo digo, sintiéndome como un idiota, avergonzado de dejar que los deseos prohibidos salgan a la superficie de esa manera. Pero Jagger sólo sonríe. "¿Mi habitación?" Sus ojos se estrechan sobre mí, y se acerca más. Gimoteo mientras sus enormes brazos me rodean, sus poderosas manos me acercan a él hasta que estoy a ras de su cuerpo. El calor me atraviesa, la sensación de sus músculos duros como una roca y su piel caliente apretada contra mí, envía pensamientos malvados y calurosos a través de mí. "Estás parado en ella, ángel".

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Se inclina hacia abajo, y antes de que me dé cuenta, sus labios están quemando los míos. Y yo estoy perdido. El beso es suave al principio, lento, hasta que me aprieta más, sus labios devorando los míos. Se vuelve más y más exigente, hasta que me abre los labios con la lengua. Gruñe dentro de mi boca, su lengua encuentra la mía y se burla de ella, tragándose el gemido que sale de mi garganta. Nunca he besado así. Mi boca se abre cuando su lengua se desliza en ella. Me besa profundamente, saboreándome hasta que jadeo par a respirar y anhelo más. Se mueve dentro de mí, medio cargándome, medio empujándome hacia el cristal hasta mi espalda está contra él. Yo jadeo, y él sólo gime más profundamente mientras me besa más fuerte, sus manos en mis caderas sujetándome al cristal mientras me cubre con su cuerpo. Lentamente, se aparta de mis labios hinchados y magullados y deja que esos ojos oscuros suyos cautiven mi melancolía. "Date la vuelta, ángel", susurra con brusquedad. "Date la vuelta, pon tus manos sobre el cristal". "¿Por qué?", susurro. "Porque", gruñe. "Porque no voy a esperar ni un segundo más para probar la dulce y pegajosa miel que sé que tienes entre los muslos".

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4 SKYE Antes, hacía las cosas por miedo. Limpiaba, o hacía recados, o lavaba la ropa incluso cuando no quería hacerlo porque tenía miedo. Cuando Jagger me dice que me dé la vuelta y ponga las manos sobre el cristal, hago lo que dice porque quiero. Porque de alguna manera, este hombre ha removido algo en mí - y es algo feroz, y algo hambriento. Mi cuerpo tiembla, los sucios pensamientos de dejar que el hombre oscuro, torturado y malvado - el hombre que dirige un imperio criminal que se extiende por la mitad del país y el hombre que me ganó en una apuesta haga lo que quiera conmigo. Excepto que no es una fantasía ahora mismo, y nunca he estado más emocionado. Siento sus enormes manos en mi cintura, deslizándose sobre mis caderas. Me pasa un solo dedo por la curva de mi culo, haciendo que arquee mi espalda hacia él mientras me muerdo el labio inferior. Mis dedos arañan el vaso frío mientras su cuerpo presiona con fuerza detrás de mí. Sus manos se mueven más abajo de mis muslos, amontonando la tela de mi vestido de sol y subiéndola. Una parte de mí sabe que debo detenerlo... decirle que no, que soy demasiado joven, demasiado inexperta. Pero tengo dieciocho años después de todo. Un adulto. Y algo en Jagger me hace pensar que es plenamente consciente de lo inexperta que soy. Y el hecho de que me quiera incluso con ese conocimiento es como un subidón que nunca he tenido antes. Puedo sentir algo grueso presionándome, y gimoteo, dándome cuenta de que es su polla a través de sus pantalones. Tragándome mis gemidos al subir el vestido de sol, y justo antes de que me quite las bragas, quiero detenerlo. Bueno, o más específicamente, quiero detenerlo para poder ir a cambiarme a algo que sea realmente sexy, y luego volver aquí y dejar que haga todo esto de nuevo. Pero ni siquiera tengo nada más sexy que las bragas de algodón blancas que llevo puestas. Son al menos un

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estilo de corte bajo, que es mucho más sexy que cualquier otra cosa que tengo. Jagger parece sentir mi vacilación, porque se detiene de repente, "Eres preciosa, sabes", gruñe. "Justo así. No pienses ni por un segundo que no eres una maldita diosa exactamente como eres así". Apenas ha terminado sus palabras antes de enterrar sus labios en la suavidad de mi nuca, gruñendo en mi piel mientras jadeo y araño el vaso. Gime mientras me sube el vestido, su mano se desliza por la curva de mi culo sobre las bragas de algodón blanco. Puedo sentir que se mueve más abajo, bajando lentamente detrás de mí, y juro que estoy casi a punto de desmayarme con la fuerza de la sangre rugiendo a través de mis oídos y el aliento jadeando en mi garganta. Empuja el vestido de sol sobre mis caderas y engancha sus dedos en mis bragas. Su aliento se calienta contra mi muslo, y cuando me pasa la lengua por la parte posterior de una pierna, grito. Los dedos tiran, y lentamente, muy lentamente, arrastra mis bragas por la curva de mi culo. Las baja, y cuando se pegan y se aferran a la humedad empapada entre mis piernas, puedo sentir que mi cara se enrojece antes de que finalmente se separen de mis labios suaves. Jagger gruñe, fuerte, tirando de mis bragas hasta las rodillas y dejándolas ahí. Puedo sentir s u aliento en la parte posterior de mis muslos de nuevo, y cuando su lengua se arrastra sobre mi piel, jadeo con fuerza. La arrastra más alto, sus manos rozando mis piernas y lentamente las estira tan ancho como puede con mis bragas todavía atadas a las rodillas. Sus grandes manos se acercan a mi suave culito, agarrándolo bruscamente con sus manos y abriéndome de par en par a medida que se acerca, con su aliento caliente contra mi coño desnudo. Y allí, inclinado con mis manos sobre el vidrio de la ventana de una mansión multimillonaria junto a la playa, con mis bragas a las rodillas, y este hombre guapo, peligroso, sexy, dominante y mucho mayor arrodillado detrás vida. Es decir, hasta lo que ocurra después. La sensación de su lengua arrastrándose sobre los suaves y delicados labios de mi coño es como un rayo a través de mi cuerpo. Grito, todo mi corazón se aprieta y tiembla mientras su lengua húmeda me lame desde mi clítoris hasta mi apretado trasero. Jagger

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gruñe como un animal, gimiendo en mi piel mientras sus manos se aprietan. Mete su cara de nuevo, esa lengua malvada de él arremolinándose sobre mi clítoris y haciéndome gritar antes de arrastrarla por mi costura de nuevo. Su lengua empuja exigentemente entre mis labios, extendiendo los pétalos rosados y sin tocar antes de ahondar entre ellos. Gimoteo sin parar, arañando el cristal de la ventana mientras su lengua entra y sale, como si me hiciera el amor con su boca. Me pregunto brevemente si hay alguien en la playa ahora mismo que pueda verme aquí arriba, presionado contra el cristal con mis bragas alrededor de las rodillas y este musculoso alfa de un existir aquí mismo en este perfecto, feliz, casi surrealista momento. Jagger gime de nuevo, sus manos agarran mi suave piel con fuerza mientras su lengua se mueve hacia mi clítoris. Remueve la punta alrededor del pequeño bulto, haciendo que me tiemblen las rodillas antes de volver a arrastrarlo hacia arriba. Y arriba, y arriba. Esta vez, mis ojos se abren cuando siento que esa lengua caliente y burlona se desliza sobre mi coño y de repente se arremolina alrededor de mi culo. "Oh, espera..." "No, princesita", gruñe Jagger, alejándose de mí y sujetándome con sus manos, evitando que me dé la vuelta. "Ninguna parte de ti estará fuera de mis límites. Cada dulce, sucia y fresca pulgada de tu piel me pertenece." Se explica moviéndose hacia atrás y dejando que su lengua se deslice por mis lugares más privados. Se siente tan sucio, y la buena chica que hay en mí sabe lo malo y sucio que es esto. Pero la forma en que su lengua me hace sentir, y la forma en que envía fuego a través de mi cuerpo me hace querer volver, agarrar su pelo, y mantener para siempre. Es casi abrumador. La lengua de Jagger se arremolina malvadamente sobre mi culo, enviando pequeños rayos por todo mi cuerpo y haciendo que mi aliento se recupere. Me pone una mano entre las piernas y me da una copa en el doloroso coño. Desliza su pulgar entre los labios de mi coño y comienza a frotar agonizantemente círculos lentos en mi clítoris mientras me habla. Su otra mano me agarra el culo con fuerza, abriéndome para él y haciendo que mi cara se ponga roja entre la

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vergüenza y el éxtasis mientras su lengua se mete profundamente en mi culo. Gruñe más fuerte, su pulgar se mueve más rápido y su lengua empuja más profundo hasta que estoy seguro de que no hay manera de que pueda sentirme más increíble de lo que me siento en ese momento. Pero cuanto más me lo hace, más crece esa sensación dentro de mí, hasta que estoy seguro de que estoy a punto de explotar justo ahí, contra su ventana. Su pulgar pasa por encima de mi tierno clítoris una y otra vez, y cuando gime dentro de mí y desliza su lengua húmeda tan profundamente dentro de mi culo, el mundo entero se estrella a mi alrededor. Grito en la ventana, mi aliento deja estelas de vapor borroso a través del vidrio mientras el orgasmo más poderoso de mi vida explota a través de mí. Jagger sigue lamiéndome a través de todo el asunto, hasta cuerpo se debilita y estoy seguro de que mis piernas están literalmente a punto de rendirse. Jadeo mientras caigo, pero de repente, él está ahí, me toma en sus poderosos y musculosos brazos y me levanta hacia su pecho. Me acaricio con el, jadeando por respirar y perdiéndome en el aroma y el calor de él. "Eso fue... eso fue..." Murmuro en su piel, sin atreverme a abrir los ojos a menos que esto sea un sueño. "Abre los ojos, princesita", murmura suavemente en mi oído, como si leyera mis pensamientos. "Te prometo que no estás soñando". Y lo hago. Sus ojos son lo primero que veo, tan llenos de calor, y poder, y fuerza, pero también llenos de una bondad que sólo he imaginado. "Ahora dime, ángel", ronronea. "¿Cómo fue eso?" "Increíble", digo en voz baja, acurrucándome en él y enterrando mi cara en su cuello. "Eso fue increíble". "Bien", gruñe. "Porque recién empiezo a mostrarte lo que te voy a hacer."

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5 SKYE Jagger me besa suavemente mientras se mueve por la habitación. Suavemente, me baja a la cama grande, y es honestamente la cosa más suave y cómoda en la que me he sentado. Se inclina hacia abajo, esta enorme montaña de hombre, y . Sus manos se deslizan por mis lados y encuentran los bordes de mi vestido de sol, tirando de él hacia arriba y sólo se alejan del beso para tirar de él por encima de mi cabeza. Sigue mi sencillo sujetador blanco, sus dedos hábilmente lo deslizan de mi piel y lo tiran hasta que estoy desnuda y completamente desnuda bajo su mirada ardiente. "Hermosa", murmura suavemente, su mandíbula se está apretando. "Tan increíblemente hermosa". Me besa de nuevo mientras su mano baja y tira de mis bragas, que aún están enredadas y retorcidas en ella y sintiendo mi pulso rugir mientras este hombre dominante deja que su hambrienta mirada se adueñe de mi cuerpo desnudo. Se encoge de hombros, dobla su chaqueta de traje antes de tirarla sobre el respaldo de una silla al otro lado de la habitación. Sus ojos nunca dejan los míos cuando sus dedos encuentran los botones de su camisa de vestir y comienzan a desabrocharlos, uno a uno . Mi corazón late mientras revela lentamente más y más de su cuerpo - los músculos duros de su pecho, los abdominales que me hacen agua la boca, y las tentadoras ranuras en V que se hunden en sus pantalones de vestir en sus caderas. Y luego está la tinta, y eso es lo que envía un calor a través de todo el cuerpo. Está cubierto de tatuajes, remolinos de tinta que le dan un aspecto aún más aterrador, más oscuro y con más bordes. Pero no tengo miedo, no de este hombre, y no después de lo que me acaba de mostrar. Sus ojos parpadean cuando busca su cinturón, pero justo antes de tirar de él, hay un fuerte golpe en la puerta. El rostro de Jagger se nubla de furia, hasta el punto de que me aterroriza lo que podría pasar si los golpes se repiten. Lo cual ocurre.

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Su mandíbula se tensa amenazantemente, sus ojos destellan algo feroz antes de mirarme, y su mirada se suaviza. Se inclina sobre mí, me besa suave y tiernamente y hace que me derrita antes de que de repente me arranque uno de los grandes edredones. Me besa una vez más antes de tirar de él y rodearme, rodeándome con una blancura suave y limpia. "Un segundo", gruñe en voz baja. "No te muevas". Da vueltas y zancadas hacia la puerta, los músculos de su cuello y hombros tensos y agarrados. El miedo se apodera de mí, y me encuentro refugiándome en mi pequeño capullo de suave y blanco edredón, totalmente enterrado bajo las mantas con un solo ojo asomando. Jagger tira de la puerta del dormitorio para abrir una grieta. Me basta con ver a un hombre que normalmente consideraría de aspecto aterrador, pero que se ve aterrorizado cuando Jagger lo mira. Dice algo que no puedo oír, tragando nerviosamente como lo hace. Sea lo que sea, está claro que no es bueno. Jagger ruge, enviando al hombre a dar un paso atrás. Tiemblo, el calor y la felicidad de antes se desvanece cuando el miedo del hombre Jagger Kovac me golpea. No el hombre que me hizo sentir como si fuera ingrávido y me hizo temblar de placer, sino el temible y legendario hombre frío en la cima de una gran organización criminal. Tiemblo bajo las mantas, retirándome más dentro de ellas. "Mis cambios serán aprobados", le grita al hombre tatuado fuera de la puerta del dormitorio. "¡Y espero que mis capitanes sigan con eso! ¿Está claro?" El hombre asiente rápidamente, lo que suena a disculpas cayendo de sus labios antes de que Jagger lo corte con un dedo puntiagudo. "No me interrumpas con tu ineptitud nunca más." Da un portazo y la habitación se queda en silencio. Sus hombros se levantan. Yo trago con fuerza, y estoy segura de que es tan fuerte que puede oírlo, porque es entonces cuando se gira lentamente desde la puerta y me mira, acurrucado bajo las sábanas de su cama. "Lo siento, dulzura", dice en voz baja, la furia que acabo de ver evaporarse como una niebla matinal justo en delante de mis ojos. La

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ira y la furia se desvanecen, mostrando en su lugar esa calurosa y cautivadora intensidad. "Siento que hayas tenido que ver eso", murmura mientras se acerca a mí. Retira las cubiertas, su cara se endurece un poco al ver la mirada en mi cara. "Se necesita un cierto..." Frunce el ceño, su mano sube y me acaricia el pelo. Instantáneamente, el miedo comienza a desvanecerse. "Se necesita cierta voluntad para dirigir mi negocio." Yo trago, asintiendo lentamente. "Conoces mi negocio, lo que hago." "Sí", digo en voz baja, asintiendo con la cabeza. "No es lo que piensas, ángel". Mis ojos caen en mis manos, retorciéndose en mi regazo. "¿Qué es lo que crees que soy, ángel?" Sacudo la cabeza. "Está bien", dice suavemente, me toma la mandíbula y levanta la cara para mirarme a los ojos con suavidad. "No tienes que tenerme miedo nunca. Nunca." "Eres un jefe del crimen", digo finalmente, masticando mi labio inferior. Jagger sólo sonríe, sus ojos irradiando calor y calor en los míos. "Dirijo un imperio, ángel. Los imperios son imperios, el mío sólo requiere un poco más de delicadeza que otros. Mira, los bancos son organizaciones criminales que se aprovechan de los débiles e indefensos. Las compañías farmacéuticas cometen genocidio. Yo simplemente existo en un lapso entre las leyes". Me muerdo el labio, asintiendo con la cabeza. "Tienes curiosidad por los gritos, por saber de qué se trataba." Sacudo la cabeza. "No, no es nada de mi..." "Es asunto tuyo", ronronea Jagger, inclinándose y besando la parte superior de mi cabeza. No puedo evitar sonreír. "Ahora es asunto tuyo, porque ahora estás conmigo. Eres mi todo, y por eso mereces saberlo. Debes saberlo, en realidad".

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Él inclina mi cabeza hacia arriba de nuevo, y antes de que me dé cuenta, está besando mis labios de nuevo - besándome como si hubiera estado esperando siempre para hacerlo. "Mi todo", respira. Y lo deseo tanto. Quiero ser su todo, moldeado a él, atado a él - a su lado a través de todo. Soy totalmente consciente de lo loco que suena, que un hombre que me dieron para resolver una maldita apuesta me haga sentir así, pero no se puede negar. No se puede negar la necesidad pulsante de que él recorra mi cuerpo, o la forma en que todo mi mundo se inclina sobre su eje sólo por estar a su alrededor. ¿Y cuando me besa? Bueno, olvídalo. Porque quiero olvidar todo lo demás, menos esos besos. Jagger hace eso de nuevo, besándome hasta que estoy seguro de que hemos dejado la tierra atrás y flotado en el espacio. Lentamente, se aleja, dejándome sin aliento y queriendo más. Mucho más. Se mantiene de pie, sus ojos nunca dejan los míos mientras sus manos se mueven hacia su cinturón. Mi pulso salta, todo mi cuerpo se enciende con la necesidad. "Y ahora, ángel", ronronea, deshaciendo su cinturón. "Ahora voy a hacerte mía".

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6 JAGGER Me desabrocho el cinturón lentamente, dejando que sus ojos me laven y disfrutando de la forma en que sus mejillas se enrrollan y su aliento se recupera mientras bebe en mis músculos y en mi tinta. La mirada sólo confirma lo que ya sé, que todo esto es nuevo para ella. Nunca ha visto a un hombre desnudarse así delante de ella. Nunca ha sido tocada por un hombre antes. El pensamiento hace que la sangre me ruja en los oídos y que mis bolas latan por la necesidad de tenerla. Para ser su primera. Ser su todo, para siempre. Me salgo de mis pantalones, mis boxers negros se tensan obscenamente por mi polla dura y furiosa que se estira hacia la tela. Gruño humildemente a la descarada mirada hambrienta de sus ojos sin parpadear mientras engancho mis pulgares a los lados y los tiro hacia abajo. Skye jadea silenciosamente mientras mi gruesa y palpitante polla aparece a la vista. Se sacude, como si supiera que es la única que está sentada frente a ella, como si tuviera hambre de probarla. Una gruesa y blanca porción de gotas de semen en la punta antes de gotear lentamente por la parte inferior, haciendo que el eje pulsante resbale y brille. Dejé que mis ojos se quemaran en ella mientras me agachaba y me rodeaba con una mano, acariciando mi polla lentamente. Me a la cama, le quito el edredón de las manos y lo alejo de ella y dejo que mis ojos se den un festín con esta hermosa, sexy y angelical criatura que está delante de mí. Me acerco a ella, cogiendo su pequeño y frágil cuerpo en mis brazos y besándola profundamente. Disfruto de la forma en que su cálida piel se siente contra la mía... la forma en que gime suavemente en mis labios. Quiero besar todo eso, toda la mierda de su vida y todas las cartas malas que le han repartido. Ella es como un pajarito roto cuyas alas necesitan ser arregladas. Pero sé que hay una fuerza poderosa justo debajo de la superficie, y sé que si puedo sus alas, se elevará. La beso ferozmente, mis manos corren por sus costados y la arrastro contra mi cuerpo. Mis labios se mueven por su cuello, mordiendo fuerte y amando la forma en que sus dedos me rascan cuando lo hago. Me muevo más abajo, su pecho sube y baja

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rápidamente con su aliento mientras muevo mis labios hacia los dulces capullos de sus pechos - pequeños, perfectos para mi boca. Mi lengua se arremolina sobre sus suaves y pálidos pezones rosados, tirando de ellos contra mi lengua. Mi polla palpita caliente contra su muslo desnudo, y juro por Dios que puedo oler el dulce caramelo de su perfecta y pequeña vagina apretada. Quiero llenarla con mi semen, hacerla desordenada y pegajosa con mi semilla, y luego volver a hacerla. Quiero llenar su vientre intacto. Quiero que lo pruebe en sus labios como un recordatorio de mi reclamo. Quiero que sienta cálido y travieso en lo profundo de su trasero, sabiendo que yo también lo he reclamado. Pero lo primero es lo primero. Mis manos separan sus piernas, y ella gime. Me muevo hacia arriba, mi polla arrastrando su muslo y dejando un rastro pegajoso y húmedo de mi semen, brillando contra su pálida piel. "Soy virgen", dice, con la cara roja como si acabara de admitir un crimen. Sonrío, hambriento, triunfante, mi polla se mueve contra ella y mi sangre ruge en mis oídos. "Por supuesto que sí, dulzura", murmuro, tomando hambriento su boca y besándola como si fuera mía. Antes de que me aleje. "Y no lo querría de otra manera. Porque mi polla será la primera que sientas. Será la única polla que sentirás, siempre." Skye gime, gimiendo hambrienta. "Tú... quiero decir que es..." Sus ojos se posan en mi gran y gruesa polla, a punto de entrar en su cielo, y su mirada lo dice todo. "No te haré daño, dulzura", murmuro. Me arrodillo entre sus piernas en la cama, con mi polla pulsando contra su muslo. Exprimo una porción de crema precum, viendo como se le pega a la cabeza y luego la unto en su muslo. Ella se queja. Deslizo mi polla entre sus suaves, dulces y resbaladizos labios de coño. No la penetro, pero facilito el paso entre sus pliegues. Ella gime, su cara se ruboriza con el calor mientras le tomo el pelo a su pequeño clítoris con la cabeza.

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"Siente lo duro que me haces, ángel", gimo, rozando mi polla sobre su clítoris y sintiendo mis bolas moverse mientras el blanco nacarado precum gotea de mi cabeza y se unta sobre su piel. "¿Sientes cuánto quiere saborearte y reclamarte, y cuánto quiere sentir este coño apretado y travieso agarrándolo con tanta dulzura y fuerza cuando te acercas a él?" Ella gime mientras le levanto las piernas, jalándolas juntas para que mi polla quede apretada entre sus muslos, justo contra su resbaladizo calor. Agarro sus dos pequeños tobillos con una gran mano, sosteniendo sus pies para mi polla - justo contra su pequeño y suave coño por primera vez. Miro hacia abajo, mi polla tan obscenamente enorme y palpitante como si fuera a bombear entre sus muslos. El precum gotea libremente de la cabeza gorda, goteando sobre su estómago, cubriendo su coño con mi necesidad de ella, y haciendo . Bombeo más rápido, gruñendo, sintiendo sus pequeños y apretados labios de coño agarrándose a mí como si fueran los labios mocosos de su cara. Su pequeño clítoris se arrastra arriba y abajo por mi eje, mis bolas descansan contra su culo en cada empujón. Se calienta cada vez más rápido, todo su cuerpo se ruboriza con su deseo, con su necesidad de mí mientras la hago sentir cosas que nunca ha sentido. "Juega con tus pezones, dulzura", gimoteo, puntuando mis palabras con más empuje. Skye grita, asintiendo ansiosamente mientras sus ojos se fijan en los míos. Sus pequeñas manos se deslizan por sus muslos para sostener sus pequeños pechos. Los dedos se mueven sobre sus suaves pezones, pellizcándolos más fuerte de lo que yo misma podría haber hecho. Gruño para mí mismo, haciendo una nota para recordarlo para más tarde, para hacerla gritar. Me agacho mientras bombeo contra ella y paso mi pulgar por la hendidura que mi prepucio y su deseo han hecho en sus muslos. Sale brillante y pegajoso, y gruño cuando lo llevo a sus labios. Sus ojos se encuentran con los míos, se abren mucho. Su cara se ruboriza, pero lentamente, abre sus labios. "Buena chica", ronroneo, deslizando mi pulgar entre esos labios mocosos. Gimoteo mientras ella cierra esas suaves almohadas alrededor de mi pulgar y chupa, imaginando que es mi gran polla la

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que estira esos labios tan obscenamente que reclamo su boca más tarde. Puedo sentir mis pelotas estirarse, mi polla palpitando cada vez más fuerte. Empiezo a coger sus muslos con más fuerza, y ella chilla tan dulcemente, jadeando y arqueando sus caderas fuera de la cama para encontrarse con mi empuje. "Ven por mí, dulzura", silbo, mi mandíbula apretada mientras siento que la liberación amenaza con alcanzarme. "Ven por mí y déjame sentir esa dulce princesita corrida cubriendo mis bolas. Ven por mí, y serás mía, para siempre." Grita mientras explota, todo su cuerpo se agarrota, sus dedos se retuercen los pezones con fuerza, y toda su cara se contrae mientras el orgasmo se balancea a través de ella. Rugiré, balanceando mis caderas hacia adelante mientras mi polla pierde la batalla y palpita con mi propia liberación. Mi esperma sale de mi eje en cuerdas blancas y gruesas, cubriendo su vientre con mi crema caliente y pegajosa. Salpica sobre sus pechos, una gruesa raya sobre sus pezones. Sigo bombeando sus muslos, y más semen del que he liberado a la vez sigue saliendo. Cubre su vientre, se acumula en su ombligo, cubre sus muslos y empapa su pequeño y dulce coño. Por un momento, la idea de dejarla embarazada con mi semilla sin siquiera entrar en ella cruza mi mente. El pensamiento mantiene mi polla dura como una barra de hierro. La idea de que se hinche con mi hijo hace que mi sangre vuelva a rugir. Pero sé que sigue intacta. Sé que aún no la he roto. Todavía. Cuando mi polla finalmente deja de pulsar y vaciar el semen blanco y caliente sobre su suave piel, me quejo. Me relajo, mis labios encuentran su boca jadeante y reclaman esas respiraciones como mías. Este es un paso más cerca de hacerla mujer. Mi mujer. "¿Estás listo, mi amor?" Gime con la palabra, y apenas me doy cuenta de que la he dicho hasta que sale de mis labios. Joder, nunca he usado esa palabra con una sola persona, pero sólo sale con ella. No me arrepiento ni un instante.

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"¿Listo?" dice en voz baja. "Para que yo te haga mía, completamente." Sus ojos se abren mucho. "Quieres decir..." Se muerde el labio, las mejillas se enrojecen al asentir con la cabeza. "Sí", dice mi ángel en voz baja. "Todo esto es una locura. Quiero decir, nos acabamos de conocer..." "Y sin embargo se siente tan real. Tan cierto." Sus ojos se dirigen a los míos. "Sí". Ella asiente con la cabeza. "No puedo explicarlo, pero es sólo esta cosa. ” "Entonces no te preocupes por explicarlo." La beso de nuevo y ella se derrite en él, gimiendo suavemente mientras mi lengua parte esos suaves labios acolchados. Mi polla no ha bajado en absoluto, y pulsa con necesidad contra su suave muslo. Quiere más. Mucho más. "Todavía estás duro", me susurra Skye en los labios, con su voz llena de lujuria. "Descubrirás que estaré constantemente duro para ti, dulzura." "¿Por qué yo?" Lo dice en voz baja, sus ojos se fijaron en los míos en el brillante atardecer sobre el agua. Ni siquiera tengo que pensar en una respuesta, porque sólo viene a mí, sin esfuerzo. "Porque estábamos destinados a estar juntos. No soy un hombre religioso", digo lentamente. "Pero creo en algo que nos une a aquellos con los que estábamos destinados a estar. ¿Y tú?" Sacudo la cabeza. "Te he deseado antes de saber quién eras". Skye jadea mientras me besa, con una mano me ahueca la mejilla y hace que casi me derrita. "Estoy lista", susurra. "Quiero que lo hagas. Quiero que me tomes toda". "Quieres sentir esto", acaricio mi polla contra ella, burlándome de sus suaves e intactos labios de vagina con mi cabeza. Se filtra más líquido precoz, cubriéndola con mi semen y haciéndola tan húmeda y ansiosa por mí. "Quieres sentir esto dentro de ti". "Sí", gime antes de que de repente, parpadee y se mire a sí misma. "Debería ducharme primero. Yo..."

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"No", gruño. "Ni hablar". "Pero..." "Quiero que te cubras con mi semen pegajoso cuando te haga mía. Cuando te llene con mi semilla, quiero verla brillar en tu piel también. Quiero que sientas mi reclamo y mi semen dentro y sobre ti, siempre."

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7 SKYE Se siente tan sucio, tirado ahí cubierto de su semen. Puedo sentirlo caliente y pegajoso en mi piel, y se siente tan bien y me hace sentir tan sucia de la mejor manera posible. Tan equivocada, y tan viva. Jagger se desliza a mi lado en la cama, moviéndome a mi lado y deslizándose detrás de mí. Sus gruesos y tatuados brazos me envuelven de forma protectora, tirando de mí y haciéndome sentir que nada en el mundo podría herirme mientras me sostiene así. Puedo sentir su gruesa polla pulsando tan grande, presionada contra mi culo. Sus dedos frotan mis pezones, haciéndome sentir tan sexy, y haciéndome quererlo tanto. Me alcanza la cara, me acaricia la mandíbula e inclina mi cabeza hacia arriba mientras se inclina y me besa profundamente. Me pierdo en ese beso cuando siento su gruesa polla empujando entre mis muslos. Se desliza densamente entre mis muslos, con la cabeza asomando. Miro hacia abajo, más allá de mi estómago, su gran polla que se desliza dentro y fuera, mojada con mi deseo y su semen. Sé que no usa condón, pero también sé que no quiero que lo use. Lo quiero desnudo. La idea de que este hombre peligroso me haga suya, realmente suya, llenando mi vientre con su semilla hace mi cabeza dé vueltas. Hace que mi cuerpo sienta un cosquilleo como nunca antes, y hace que mi corazón se llene de tantos sentimientos que no estoy seguro de que pueda aguantar todo. Quiero que este hombre me reclame así. Quiero que su semilla se asiente en mi joven vientre, y que lentamente me hinche con su hijo. El pensamiento es tan erróneo, y tan sucio, y sin embargo tan correcto, que hace que todo mi cuerpo en él. Sus manos tiran de una de mis rodillas, sosteniendo mi pierna mientras su cabeza gruesa se aloja en mi entrada. "Ahora voy a hacer de ti una mujer", ronronea en mi oído, haciéndome gemir en voz alta . "Mi mujer". Tiemblo, gimoteo.

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"Voy a imprimir la sensación de mi polla en el interior de este dulce coño, para que lo sepa para siempre. Conocerá la mía y la de nadie más, para siempre". Se empuja hacia adelante, y la cabeza gruesa se desliza justo dentro. Jadeo, sintiéndole de nuevo mi himen, listo para empujar y reclamarme como suyo. "Mía", susurra. Y se adelanta. Duele, pero luego es una maravillosa y dulce felicidad mientras su enorme polla se desliza lentamente dentro. Grito. Empuja lentamente, y el dolor se desvanece en puro placer mientras me llena gradualmente, metiendo su enorme polla en lo más profundo, en lo más profundo donde nadie me ha tocado antes. Me doy cuenta de que el sonido que estoy escuchando es mi propio gemido de placer mientras él empuja más y más profundo, hasta que con un suave gemido, lo siento tocar fondo por completo. Jadeo, mirando hacia abajo y viendo que su polla entera está enterrada en mi coño. Los suaves labios rosados se extienden alrededor de su base, descansando contra sus pesadas bolas como si las besara. Jagger gime, se flexiona, y yo jadeo al sentir su polla palpitar en mi interior. Veo como sus bolas, tan llenas de esa dulce y pegajosa corrida, se mueven contra mis labios de vagina. Poco a poco, se retira, dejando la mitad de su polla dentro de mí. Puedo ver la resbaladiza y brillante humedad de mí aferrándose a la parte que se desliza antes de que meza sus caderas hacia adelante y se entierra a sí mismo hasta la empuñadura de nuevo. Va lento al principio, dejando que me acostumbre a él y dejando que mi pequeño coño se estire hasta su circunferencia. Mi mano se extiende hacia arriba, tirando de su fuerte mandíbula a la mía y besándolo con todo lo que tengo. Las lenguas se unen, sus caderas se mecen en mi culo mientras su gran polla me llena hasta el borde en cada golpe. Puedo sus pesadas bolas contra mi clítoris, su semen de antes todavía pegajoso en mi piel. La idea de que él este en todas partes, en mi piel y dentro de mí, me hace más húmedo que nunca, y todo mi cuerpo tiembla de necesidad de él. Para más. Jagger se retira, y yo estoy confundida, y triste, y queriendo que vuelva a estar dentro de mí y preguntándome si hice algo mal.

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"¿Lo estoy haciendo mal?" Su mirada se endurece antes de que, lentamente, me arrastre dentro de él, besándome ferozmente. "Lo estás haciendo todo bien, dulzura." "Es sólo que..." "Confía en mí, ángel", ronronea. "Nada en este mundo se ha sentido nunca tan increíble como tú ahora mismo. Porque nada en este mundo ha sido nunca como tú." Gimoteo suavemente mientras me besa de nuevo, y yo le devuelvo el beso, nuestras lenguas se arremolinan juntas, mientras él rueda sobre su espalda y me tira a horcajadas. "¿Qué...?" Gimoteo mientras sus grandes manos me levantan, su polla acurrucada contra mi suave apertura. Me tira suavemente hacia abajo, con su eje hasta que puedo sentir sus bolas en mi trasero. Las manos me agarran las caderas, y empieza a moverme, mostrándome cómo hacer rodar mis caderas y cómo tragar cada centímetro de su grosor. Grito, rebotando en él bajo su guía y haciendo rodar mis caderas para sentirlo en lo más profundo de mi ser como él me muestra. Nada se había sentido tan bien antes. Ni siquiera cerca. Sus manos se mueven hacia mi culo, agarrándolo fuerte y moviéndome arriba y abajo por cada centímetro de su increíble polla. Puedo sentir mi resbaladizo goteando por su eje, los sonidos húmedos de nosotros juntándonos llenan la habitación obscenamente. "Tócate, dulzura" gruñe Jagger. Toma una de mis manos y la lleva a donde nos encontramos. "Juega con ese pequeño coño para mí mientras siento que se estira alrededor de mi gran polla". Jadeo, mis dedos se deslizan sobre mi clítoris mientras él se adentra profundamente. Gimo, sintiendo que me estira tanto, y sintiendo que me llena tan profundamente. Me muevo más rápido y con más determinación mientras gruñe y pasa sus manos sobre mí. Estoy moviendo mis caderas, y sintiéndome como una mujer de verdad. Como su mujer.

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Empiezo a rebotar de arriba a abajo, frotando mi pequeño clítoris, echando la cabeza hacia atrás y soltándome mientras me pierdo en él. "Suéltalo", ronronea, me agarra con sus grandes manos, y sus ojos arden ferozmente en los míos. "Quiero sentir ese dulce coño empapando mis bolas. Quiero verte destrozar y explotar por toda mi gran polla mientras lleno este dulce coño joven con cada gota de mi semen." Jagger me empuja hacia él, su polla empujando tan profundamente y rechinando dentro de mí, y es lo último que puedo soportar. Grito, mi cuerpo entero explotando mientras me estrello en el orgasmo, encaramado en su grueso eje. Me caigo hacia adelante, enterrándome en su musculoso pecho mientras el clímax se desgarra a través de mí. Jagger ruge, las manos me agarran con fuerza mientras sus caderas se golpean contra las mías. Grito cuando siento que se hincha aún más, antes de que, de repente, pueda sentir el calor pegajoso y caliente de él explotando en lo profundo de mí. Caigo en otro orgasmo cuando siento el calor pulsando en mi interior, llenándome, su pegajosa corrida palpitando en mi vientre. "Toda mía", susurra. "Toda tuya", digo en voz baja.

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8 JAGGER La encontré en el estudio más tarde, después de nuestra ducha donde calmé cualquier dolor que le dejé con la lengua entre las piernas. Lleva una vieja camiseta mía, y aunque la envuelve positivamente como una bata hasta la rodilla, también es de alguna manera la más sexy que he visto. Tan joven, tan perfecto, tan intacto. Bueno, excepto por mí. Es como un ángel, bañada por la luz de la luna del océano cuando entro en la habitación de cristal con dos tazas de té. "Oh, lo siento", dice rápidamente, girando para mirarme cuando entro en la oficina "No lo sientas". "No estaba segura de poder estar aquí", dice con un encogimiento de hombros superficial. Es entonces cuando se da cuenta de que estoy desnudo, y puedo ver el rubor incluso en la oscuridad de la habitación. "¿Sí?" Digo con una sonrisa malvada, amando la forma en que se muerde el labio cuando me acerco. "¿No tienes personal de la casa? ¿Guardias?" Me encogí de hombros. "Sí". "¿Y?" "Y no les importa. O no me importa si les importa. Es mi casa. Y es de cristal, por cierto. No tengo nada que esconder". Ella sonríe tímidamente, mirando hacia abajo a mi polla medio dura. Puedo ver el rubor que se arrastra por su cuello, y me revuelve algo. "Y por supuesto que puedes estar aquí", ronroneo, poniendo las tazas en mi escritorio y recogiéndola. La presiono de nuevo contra la pared de cristal que da al océano, hambriento de ella otra vez. "Puedes estar en cualquier lugar. Esto es todo tuyo ahora."

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"¿Lo dices en serio?" "Por supuesto que sí. Esta es su casa, si lo desea. Aquí conmigo." Sacude la cabeza, sonriéndome incrédula. "Esto no es un sueño, ¿verdad?" "Para nada", gruño. "O al menos no uno del que quisiera despertarme. Eres mía ahora, y todo esto es tuyo." Se derrite contra mí, pequeños sonidos maulladores caen de sus labios mientras una de sus piernas se enreda en mi. Aprende rápido. Me gusta eso. Mi polla palpita con fuerza de nuevo, palpitando caliente contra su vientre y le negó el coño por medio del algodón de mi camiseta que lleva. Nuestras lenguas se baten en duelo antes de que yo retire mi boca hambrienta y la arrastre por su cuello, dejando en su piel recordatorios de a quién pertenece. "Para que quede claro, no estarás desnudo en esta casa." Ella sonríe. "¿Ah, no?" "No", gruño. "¿Quién lo dice?" Jadeaba mientras la agarraba fuerte, me apretaba contra ella y le agarraba el culo posesivamente. "Yo lo digo", ronroneo peligrosamente, amando cómo gime y se queja contra mí. "¿Y eso por qué?" "Porque la buena ayuda es difícil de encontrar, y tendría que empezar a matar a cualquiera de mis hombres que te mirara." Se ruboriza, mordiéndose el labio otra vez. "¿Tienes ayuda femenina?" "¿Perdón?" "Ayuda femenina, alrededor de la casa". Sé adónde quiere llegar con esto, pero me empeño en ocultar mi sonrisa. "Quizás". "Bueno, tal vez tenga que empezar a matarlos por mirar eso", asiente con la cabeza a mi palpitante polla. Arqueo una ceja. "Bien jugado. Bien, que sean los boxers. Disfruto de mi cocinera."

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Skye se ríe mientras le doy vueltas y la pongo en el escritorio, pasándole la taza de té. Nos sentamos en silencio, bebiendo y mirando al océano, disfrutando de estar a solas con los demás. Mis ojos lo ven antes que los suyos, y me maldigo en silencio, aunque le acabo de decir que toda la casa está abierta para ella, sin secretos. "¿Qué es eso?" dice en voz baja. No le mentiré. Además del hecho de que su maldito nombre está en el frente de la carpeta de archivos, soy incapaz de serle infiel. "Es mi archivo sobre ti". Sus ojos se dirigen a los míos, una sombra cruza su rostro. "¿Tu qué?" "Mi archivo sobre ti. Hice mi investigación sobre tu padre, mucho antes del juego de cartas. Es parte de un legado de esta organización que me gustaría dejar atrás, aunque él no estaba tan interesado en eso." "Te refieres a las drogas", dice en voz baja. "Sí". "¿Qué tiene que ver esto conmigo?" "Esa carpeta, Skye", digo lentamente. "Esa carpeta fue lo que me hizo amarte. Documenta cada abuso... cada vez que te golpeó, cada vez que te golpeó o te hizo daño. Me mostró lo buena que eras, un ángel en las sombras donde no pertenecías." Ella traga, con los ojos bien abiertos cuando me mira. "¿Y pensaste que podías desplumarme y hacerme tuya?", dice desafiante. "Que podías simplemente aparecerte y tomarme y..." "Sí", gruño ferozmente, y ella jadea la ferocidad de mi voz mientras la acerco. "Sí, mil veces sí", digo con frialdad, con la mandíbula apretada. "Vi lo que quería, y lo increíble que era, y cómo me hizo sentir cosas que creía haber olvidado en este mundo oscuro en el que vivo, y la tomé y la hice mía." Lentamente, veo la sonrisa que se extiende por sus labios. "Bien", susurra. "Me alegro de que lo hayas hecho".

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Ella me besa, y estoy perdido. Perdido de cabeza. He hecho un millón de cosas terribles, crueles, oscuras y malvadas en mi vida para llegar a donde estoy, y de alguna manera, ella me absuelve de cada pecado con ese beso. La beso con fuerza, le subo la camisa y le quito la cabeza. La acerco, sintiendo el calor de su espalda bajo la punta de mis dedos y la forma en que sus pezones se arrastran contra mi pecho desnudo. Mis dedos se enredan en su pelo, tirando de él lo suficiente como para que jadee en mi boca. Mis caderas abren sus piernas, y cuando me acerco entre nosotros, mi mano encuentra sus suaves, tiernos y húmedos pétalos y los abre también. Ella gime mientras uno de mis dedos se desliza. Jesús, apenas puedo meter un dedo dentro y eso es después de que me haya metido la polla. La enrosco, aplasto mi palma en su clítoris y acaricio mi dedo para entrar y salir de su humedad pegajosa. Dejé entrar otro a su lado, haciéndola gemir más fuerte y profundo. Le agarro el pelo posesivamente, besándola mientras uso mis dedos para hacerla cada vez más húmeda hasta que estoy seguro de que deja una mancha en mi escritorio. Ella me araña, tirando de mí y alcanzando mi polla. Ella envuelve sus pequeños dedos alrededor como mucho de mi grosor como puede y me acaricia, haciendo hervir mi sangre con necesidad de ella . "Quiero probarte", me susurra en los labios. "Como tú me probaste". "Más tarde", ronroneo. "Ahora mismo, voy a..." "No", dice ella, retirándose con una sonrisa de Cheshire en su cara. "No, lo quiero ahora". Tengo que sonreír a eso. Nadie me dice qué hacer en mi mundo, nunca. Me doy cuenta allí mismo de lo mucho que eso va a cambiar con ella. Ella se retira, girando sobre su estómago a través de mi escritorio. Se inclina, con sus dos manos acariciándome mientras deja que su aliento cálido se mueva por mi cabeza de gallo. Mis ojos viajan por su espalda desnuda, su largo pelo rubio cae en cascada como una ola dorada, hasta su culo de manzana. Siento algo suave y húmedo en mi polla, y gimoteo, mirando hacia abajo para verla dejando pequeños besos húmedos en la cabeza. Sus

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manos me acarician, una cayendo, sus dedos jugando ligeramente con mis bolas pesadas, como si estuviera explorando. Sus labios húmedos y pucheros se separan, y cuando me lleva dentro de esa boca, sé que he encontrado el cielo. "Así de simple", gimoteo mientras sus suaves y jóvenes labios se extienden sobre mi polla. Mis manos se extienden hacia abajo y le dan una paliza a su culo, azotándolo ligeramente y haciendo que gima mientras me chupa por dentro. No le entra mucho a esa pequeña y caliente boquita, pero por Dios, lo que hace casi me hace perder la cabeza. Pongo una mano en su pelo, exultante en la sensación de su pequeña boca chupando mi gran polla y haciendo que mi semen hierva en mis bolas. Pero lentamente, me saco de ese cielo. Recojo su pelo en un puño mientras se balancea en mi polla y lentamente la saco de ella, mi mandíbula se tensa. "¿Estuvo bien?" "¿Está bien?" Gimoteo, la pongo de rodillas en mi escritorio y la beso profundamente. "Dulzura, todo en ti es el cielo. Sólo tengo otros planes para ti ahora mismo". Gime mientras la beso, una mano deslizándose por su barriga y mis dedos empujando a través de los labios de su coño. "Ahora date la vuelta", gruñendo humildemente en su boca. "Date la vuelta, ponte de rodillas, y levanta ese pequeño culo apretado en el aire para mí. "Oh", jadea mientras le tiro del pelo y le aprieto el clítoris entre los dedos. "Ahora es mi turno".

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9 SKYE Me retuerzo mientras me pongo de manos y rodillas en su gran escritorio de madera. Puedo sentirlo detrás de mí, mi piel hormigueando de necesidad de él cuando siento su presencia acercarse. Sus manos pasan sobre mi trasero, en lo alto del aire y así expuestas para él. El pensamiento de cómo puede verme así, tan expuesto y abierto para él como su buena zorrita me duele todo el cuerpo. Mi coño gotea su humedad por mi muslo, y mis pezones se fruncen en pequeños puntos presionando la parte superior barnizada de su escritorio. Las manos de Jagger se mueven hacia mi culo, agarrándolo fuertemente y abriéndome para él. Cierro los ojos y gimoteo al sentir su cálido aliento contra mi piel, subiendo por la parte trasera de mis piernas hasta que empieza a centrarse. Su lengua se desliza suavemente por mis labios, burlándose de mí y haciendo que mi cuerpo se sacuda como si me hubiera tocado con un cable eléctrico. Su lengua empuja más profundamente, extendiendo mis labios mientras profundiza. Me gruñe, este sonido masculino y poderoso que me atraviesa y me hace gemir en voz alta. Es un gruñido hambriento, uno que me recuerda que soy suya y uno que me hace temblar de deseo por más. Los dedos de Jagger escarban en mi piel mientras gira su lengua sobre mi clítoris, capturándolo entre sus labios y tarareando a su alrededor. Me habla más rápido, haciendo que mi aliento se acelere y que la sangre ruja mientras el placer me atraviesa. Su lengua se desliza hacia arriba, sobre mi coño y más alto aún. Jadeo cuando me toca el culo, apretando fuerte por un segundo antes de que la exquisita y sucia sensación de su lengua me haga abrirme a él. Gime, empujando su lengua dentro y fuera de mi pequeño y apretado culo mientras me mete los dedos en el coño, follando mi culo con su lengua. La sensación me tiene rizando los dedos de los pies y arañando su escritorio con los dedos. Mi mejilla se introduce en la madera, mis ojos se cierran y mi aliento se vuelve irregular mientras este hombre dominante, poderoso, temible y a la vez

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increíble, por el que estoy cayendo completamente de cabeza, me hace sentir como nada que haya sentido antes. Como una princesa. Como su princesa. "Quiero sentir este perfecto coño apretado alrededor de mi polla", me gruñe en la piel. "Quiero sentir esta dulce princesita de leche de vagina y chupar la leche de mis bolas hasta que te llene hasta el borde con mi semilla." Me quejo cuando se levanta detrás de mí, y jadeo cuando siento su enorme polla presionando contra mi apertura. Hay un segundo de resistencia antes de que mis labios resbaladizos y ansiosos se separen de él, tragándoselo dentro mientras se empuja. Él gime, su gran polla me estira mucho mientras se desliza cada centímetro dentro de mí, hasta que sus bolas son presionadas contra mi clítoris y su abdomen acanalado está apretado a mi suave y curvado culo. Se retira, sólo para mover las caderas hacia adelante. Grito, mis ojos se abren al sentirlo más nuevo y duro. Fue tierno la primera vez. Esta vez, va a ser más duro. Y quiero que lo sea. Jagger gime, agarrando mi cintura en sus manos mientras se folla su polla dentro de mí. Se mueve más rápido, su grosor me estira tan bien y me golpea en los lugares más maravillosos mientras me llena una y otra vez. Sus pelotas completas golpean contra mi clítoris en cada empujón, y cuando desliza una mano por mi columna y me agarra un puñado de mi pelo, grito en éxtasis. Me levanta la cabeza, girándome para besarme con fuerza mientras me folla con profundos y poderosos empujones que hacen que todo mi cuerpo se mueva hacia delante. "Siénteme en lo profundo de ti, ángel", gime, sus labios junto a mi oreja y su aliento caliente contra la mi cuello. "¿Sientes lo grande y duro que me haces la polla? ¿Sientes lo profundo que estoy en ese dulce coño tuyo y lo apretado y perfecto que nos queda? Este pequeño pedazo de cielo entre tus piernas fue hecho para que yo lo reclame. Estos labios suaves y rosados fueron hechos para estirarse alrededor de mi gruesa polla y besar mis pelotas cuando me deslizo hasta el interior. Tus paredes fueron hechas para exprimir mi semen hasta que vacíe cada gota dentro de ti. Y tu vientre fue hecho para tomar mi semilla".

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Grito sus palabras, todo mi mundo se desdibuja en los bordes mientras siento que se acerca el clímax que sé que no puedo detener. Su grosor me llena una y otra vez, sus músculos ondulando contra mí y los sonidos húmedos de nuestro maldito llenado de la habitación. "Toma mi semen, pequeña dulzura", Jagger gruñe en mi oído, una mano retorciendo mi pezón y la otra enredada en mi pelo. "Toma cada gota de mi caliente y pegajosa corrida dentro de ese pequeño y dulce agujero tuyo hasta que esta sexy barriguita se hinche con mi hijo. Ahora sé una buena niña y ven a por..." Grito mi orgasmo antes de que termine sus sucias palabras. El clímax se rompe a través de mí, aspirando el aliento de mis pulmones y convirtiéndome en papilla en su escritorio mientras él conduce hasta las bolas y ruge su liberación. Grito cuando siento la explosión caliente de su semen bombeando como una manguera de fuego dentro de mí. Su polla se a chorros alrededor de su polla y goteando obscenamente por mis muslos. Soy un charco en su escritorio mientras Jagger me levanta suavemente y me toma en sus brazos, con su polla todavía firme dentro de mí. Nos hace retroceder y se sienta en su silla conmigo todavía encaramado a él. "Dame tu mano, ángel", ronronea. Lo hago, y él lo lleva entre mis propias piernas. "Aquí", susurra, presionando mi palma contra mi resbaladizo y pegajoso coño y la parte inferior de su polla. "Sé una buena chica y guárdatelo todo dentro, ¿vale?" Asiento, gimoteando en silencio mientras lo siento gemir y bombear un chorro más dentro de mí. Lentamente, me levanta ligeramente y se libera de mis labios apretados. Pero hago lo que dice, y en el momento en que se libera, presiono mi mano contra mi coño y aprieto mis muslos. "Mmm, buena chica", Jagger ronronea profundamente, envolviéndome con sus brazos y besándome la nuca. Me lleva en su regazo, envolviéndome en sus brazos y haciéndome sentir tan cálida, protegida y amada. "Ahora mantenme toda dentro, dulzura", gruñe. "Mantén toda esa esperma caliente dentro de tu pequeño coño hasta que se asiente. ¿Quieres eso?"

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"Sí", jadeo sin dudarlo ni un segundo. Y es verdad, por muy loco que parezca. Quiero que me haya dejado embarazada. Quiero ese vínculo con él, esa conexión con este hombre que me hace sentir como nunca antes. "Bien", gime en mi piel, besándome. "Nada puede romper esto ahora. Nada se interpondrá entre nosotros o se alejará del otro. ¿Entiendes eso?" "Sí", digo en voz baja, girándome y besándolo lentamente. "Para siempre", susurro, mi corazón se derrite en su pecho. "Para siempre, dulzura".

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10 JAGGER Me despierto abruptamente, girando por instinto para cubrir con un brazo al ángel que duerme a mi lado. Mis ojos vuelan abiertos antes de estrecharse ferozmente al volver el sonido. ...voy a matar a quien sea que haya decidido golpear la puerta de mi habitación esta mañana. Miro a Skye, esta imagen de perfecta, intacta, dulce, inocencia que yace acurrucada a mi lado. Su pelo rubio enmarca su cara, sus cejas arqueadas tan dulcemente mientras duerme, y sus labios suaves y pucheros se abren lo suficiente como para hacerme preguntarme cuánto de mi polla podría deslizar entre ellos antes de que se despertara. El pensamiento hace que mi polla se alargue, y cuando pienso en lo que sé que encontraría bajo la sábana que la cubre - una pequeña ninfa desnuda de un cuerpo con mi semen todavía pegajoso entre sus piernas - late aún más fuerte. Pero ese maldito golpeteo vuelve, arrastrando mis pensamientos lejos de ella y hacia la puerta del dormitorio. Me levanto de la cama, tirando de un par de vaqueros antes de acechar hacia la puerta con el asesinato en mi mente mientras los golpes llegan una vez más. "Juro por Dios que te cortaré tu maldita verga y te enterraré en un maldito agujero en la gr..." Me detengo cuando me doy cuenta de que es Luka, uno de mis mejores generales y mejores amigos. Y Luka, de entre todos, conoce mi estado de ánimo cuando me despierto así, aunque no tenga a Skylar a mi lado. Lo que significa que esto es malo. La mirada en su cara subraya eso, y mi propia mirada se endurece. "Dime", gruño. "Código rojo", dice Luka en voz baja, su mandíbula desaliñada y sus ojos oscuros penetrando con una mirada dura. Mierda. Me quedo quieto, la sangre se me enfría en las venas. "Código rojo, jefe", repite Luka, como si no lo hubiera escuchado la primera vez. Sacudo mi cabeza, despejándola del congelamiento

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momentáneo. Mi pensamiento vuelve a estar enfocado, mi agudeza regresa. "Joder", gruño. Un código rojo en mi negocio es que todos los que trabajan en la cubierta. Significa que los bárbaros están en la maldita puerta. Y por bárbaros, me refiero a la policía. O peor, el maldito FBI. Significa esconder las armas de fuego y cualquier otra cosa que implique en la casa, no es que tenga mucho aquí de todos modos. Me he esforzado mucho para asegurarme de que haya una brecha entre mis tratos y yo, pero eso no significa que quiera a los malditos federales husmeando e n mi casa. "¿Quién?" "FBI". Lo juro de nuevo. "Vale, coge el..." "Los chicos ya están en ello". Asiento bruscamente. "Bien, pero asegúrate..." "Ya está hecho, jefe." Tengo que sonreír, incluso con la seriedad del momento. Hay una razón por la que Luka es uno de los mejores hombres que conozco. "Sabía que tenías compañía anoche, así que me ocupé de todo antes..." Luka está tratando de ver lo que probablemente supone que es una chica al azar en mi cama. No espera que mi mano salga disparada, lo agarre por la garganta y lo golpee contra el marco de la puerta, fuera de la vista de mi cama. "Cuidado con tus malditos ojos", gruño, mis músculos tensos y mi sangre rugiendo en mis oídos. Las cejas de Luka se levantan, divertido más que asustado de mí. Es una rareza como esa. "Whoa, vale, cálmate, Jag." "No es así". Sus surcos marrones. "Espera, es que..." Asiento con la cabeza, y es la única comunicación que necesitamos tener sobre el tema. Como dije, Luka es uno de mis más viejos y mejores amigos, además de ser uno de mis hombres más confiables.

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Ha oído todo sobre mi obsesión con la hija de Tommy Jensen, y es lo suficientemente listo para sumar dos y dos. También es lo suficientemente listo para reconocer la seriedad en mi cara. Me sonríe, asintiendo lentamente mientras me extiende la mano y me da una palmada en el hombro. "Esto es grande para ti, Jagger. Estoy orgulloso de ti." "Guarda el brindis para cuando saque a los malditos federales de mi casa", murmuro. "Entretenlos, necesito un minuto." Luka asiente con la cabeza y sale mientras cierro la puerta suavemente y me vuelvo a la cama. Skylar está levantada, con las mantas alrededor de su barbilla y sus grandes ojos azules abiertos. "¿Qué está pasando?" Tenso mi mandíbula mientras me acerco a ella, sentándome en el borde de la cama y sacándole un mechón de pelo de la cara. Joder, la acabo de pillar, y de todos los días, esta es la que los federales vienen a llamar. Sé que estoy tratando de cambiar nuestra organización y salir de lo realmente malo, pero también he hecho suficiente mierda terrible en mi día para desaparecer por un largo tiempo si esto sale mal. La injusticia de esto me apuñala en las tripas. Como dije, acabo de encontrarla, y perderla tan rápido sería el mayor infierno de la tierra. "¿Qué pasa, Jagger?", dice en voz baja. "Quédate aquí", gruño. "No importa lo que oigas, quédate aquí, ¿de acuerdo?" Se sienta de repente, con la boca pequeña y la cara blanca mientras mueve la cabeza. "No..." "El FBI está aquí", digo suavemente. Como dije, no le mentiré. Sus ojos se abren mucho. "¿Estás en problemas?" Mi mandíbula se tensa. "Tal vez. No lo sé." "No puedes irte", dice con fiereza, rodeándome con sus brazos y enterrando su cara en mi pecho desnudo. "¡No puedo perderte!" Mi corazón se desgarra por dentro, mi cara se aprieta mientras la entierro en su pelo.

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"No me perderás, dulzura", gruño roncamente. "No nunca y ciertamente no hoy." "No puedo", me susurra en la piel. "Y no lo harás, hermosa", digo en voz baja. Me agacho e inclino su cabeza hacia arriba con un dedo en su barbilla antes de entrar y besarla, lentamente. "Hoy no, eso es seguro." La beso de nuevo. "Mira, quédate aquí." "No, estaré a tu lado." Dios, la amo por decir eso. Belleza, cerebro y fuerza. Y ella también lo haría, lo sé. A pesar de su juventud e inocencia, y de lo nueva que es en todo esto, saldría y se pondría a mi lado frente al maldito FBI, y lo sé. Pero no puedo tener eso. "No puedo dejarte hacer eso, dulzura", sacudo la cabeza. "Necesito que te quedes aquí porque necesito poder concentrarme". "¡No puedo decir en esta habitación mientras tú sales!" "Para mí, ángel", gruño. "Por favor. Contigo ahí fuera, mi cabeza no estará en el lugar correcto porque sólo pensaré en ti. Afectará mis pensamientos y mi juicio. ¿Entiendes?" Lentamente, asiente con la cabeza antes de abrazarme con fuerza. "Confía en mí", le susurro en el pelo. "No hay poder en el cielo, el infierno o la tierra que pueda alejarme de ti".

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11 JAGGER EL MALDITO AGENTE TANNER. El agente del FBI de pelo gris, bigote y barriga se para engreído en mi salón, mirando a mis techos abovedados, a mis paredes de cristal con vistas millonarias del Pacífico. A mi riqueza y poder. Que le den a este gilipollas por estar aquí hoy. Le he pagado al agente Tanner una pequeña fortuna en sobornos durante años. Y que sea él quien se presente aquí hoy, además de que mi dinero debería haber justificado una llamada de atención, me pone furioso. "¿Qué estás haciendo aquí, Tanner?" Siseé, mis brazos cruzando sobre mi pecho desnudo. El agente Tanner sacude la cabeza. "No quiero estar, Jagg..." "Sr. Kovac", escupo, dándole una mirada fulminante, que hace exactamente lo que se pretende. El agente Tanner es un marica de primera clase, por lo que es él quien ha sido mi infiltrado todos estos años. Asiente con la cabeza rápidamente, viendo que no voy a mentir con la familiaridad ahora mismo. "Y estoy seguro de que no quieres estar aquí si quieres que tus donaciones sigan llegando", gruño en voz baja. Esta vez, sacude la cabeza. "Es más grande que yo", siseó. "La has cagado a lo grande esta vez". El ceño fruncido se profundiza en mi cara mientras trato de hacer un balance mental de mis recientes negocios, y de todos modos podría haberme dejado abierto. Pero no, nunca lo hago, y no lo hice. Nunca me dejo abierto. "¿Qué es?" Me quiebro. Miro más allá de él y veo a otros agentes del FBI y a la policía local afuera, revisando mi maldita basura. Otro equipo patea la puerta lateral de mi cocina, probablemente asustando a la vieja Sra. Karper, mi cocinera, medio muerta. "¿Qué coño haces aquí?" Siseé.

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"Nuestro arreglo", gruñe Tanner. "Tú mismo lo has dicho, yo miro hacia otro lado si sacas a la familia de las chicas y las drogas, y toda esa mierda." "Y lo he hecho", escupo de vuelta. "No me mientas, Jagger." Lo juro por Dios, casi me doy la vuelta y le pego en la puta cara. De hecho, mi mano retrocede antes de que Luka esté ahí para retenerme. "Tranquilo, jefe", murmura. Tanner me mira con frialdad. "Ha cruzado una línea, Sr. Kovac". "No hice nada de eso..." "¡Ahí está!" Reconozco la voz al instante. Es Tommy, como el padre de Skylar. Está gritando fuera, tirando de la chaqueta de un agente del FBI mientras me señala con el dedo. "¡Ahí está! ¡Ahí está el que la secuestró!" Mi mandíbula se tensa. "¡Me la robó!" "¿Qué es esta mierda?" Siseé cuando Tommy entró tropezando por la puerta de mi casa, claramente borracho, y... llevando al agente del FBI junto con él. "¿Sr. Kovac?" Tanner dice en voz baja. "¿Qué?", silbo. "Este hombre alega que usted secuestró a su hija, una tal Skylar Jensen". Siento que la rabia me explota cuando doy un paso hacia Tommy y abro la boca. "Este hombre es..." Me congelo. ¿Qué digo? ¿Es un hombre que solía traficar con drogas para mi organización decididamente criminal? Sí, cosas que no se le dicen a un maldito agente del FBI. Tanner sabe quién y qué soy, pero no tengo el mismo acuerdo con los otros treinta tipos con los que está aquí. Es más, ¿qué más podría decir? ¿Que me gané a la hija de Tommy en una maldita partida de póquer? Sí, no veo que eso vaya muy bien tampoco. Deja que estos cabrones me den una bofetada con un cargo de tráfico de personas mientras están en ello.

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"Este hombre es un mentiroso", silbé, pinchando un dedo a Tommy. "¡Qué vergüenza, señor!" Tommy llora con más dramatismo falso del que yo hubiera creído capaz. Joder, si fuera tan buen actor en la mesa, no habría perdido tanto. "Esto es absurdo", gruño, poniendo mi mirada en Tanner. "Estoy llamando a mis abogados y..." "¿Agente Tanner?" Doy vueltas, pero mi cara se endurece cuando veo al otro agente del FBI, y lo que tiene en sus manos. Es el vestido de Skye. Tanner jura en voz baja. "¡Destroza esta maldita casa!", ruge, y toda la maldita multitud del FBI y la policía comienza a dispersarse por mi casa. "¡Encuentra a la chica! Tanner ladra, alejándose de mí. Es mi punto de partida. Rugí, me lancé a por Tommy, pero un enjambre de ellos se amontonó encima de mí, poniéndome de Tommy salta hacia atrás como el pequeño marica que es, y luego me levanto de nuevo, sacudiendo a los agentes débiles y tambaleándome por él otra vez. Esta vez, son siete los que me derriban, y esta vez, me congelo cuando siento el frío metal del cañón de una pistola en mi espalda. "Tranquilo, Jagger", silba Tanner. "Tómalo con calma". "¡Ella es mía! "Rugi a ciegas, empujando y tratando de levantarme para poder llegar a ella antes de que estos malditos idiotas pongan sus manos en mi preciosa Skye. "Quita tus malditas manos de..." Y entonces la oigo, y mi corazón se rompe. Ella está gritando, y llorando mi nombre, y luchando contra ellos. Me levanto en un segundo, los golpeo a todos, pateo el arma de las manos de Tanner y probablemente le rompo los dedos en el proceso. Él grita pero yo ya estoy saltando sobre él y corriendo hacia ella mientras tres agentes tratan de arrastrarla por la puerta principal. El golpe viene de la nada, y estoy gimiendo mientras golpeo el suelo.

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Me estoy desvaneciendo, mi visión se arremolina, y lo último que veo es a ella gritando y alejándose de los agentes mientras huye hacia mí. Y luego me voy.

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12 SKYE GRITO mientras el agente del FBI golpea a Jagger en la cabeza con un arma, tirándolo al suelo. Ataco sin pensarlo, atrapando a uno de los dos hombres que me sujetan en la espinilla con el talón y al otro en hacia el hombre que amo. Está gimiendo, pero consciente en el suelo mientras caigo a su lado, metiendo su cabeza en mi regazo y acunándolo en mis brazos. "Oh Dios mío, por favor, que esté bien..." Le susurro ferozmente al oído mientras acaricio su ceño fruncido. "¡Ahí está mi chica!" Mi cabeza se rompe, mis ojos se estrechan como dagas a mi padre, que me sonríe. "Sí, es ella. ¡Sabía que el bastardo la tenía aquí!" Me pongo de pie, con odio en la cara mientras silbo a mi padre. "¡Mentiroso hijo de puta!" Mi padre se ríe, me da la mano y le da al agente que está a su lado una mirada de conocimiento. "Está hablando como una loca. Probablemente ya la tiene drogada o algo así, Dios tenga misericordia." Los agentes del FBI se miran unos a otros, sin saber qué hacer. Finalmente, el agente principal, el que golpeó a Jagger con una pistola, gruñe y sacude la cabeza. "A la mierda con esto. Llévate al Sr. Kovac y a la chica". "¡No!" Grito mientras tres agentes descienden sobre Jagger, arrastrándolo hasta sus pies justo cuando sus ojos empiezan a abrirse. "¡No me secuestró, es mi prometido!" Toda la habitación se congela. Los ojos de Jagger se abren, su mirada se dirige directamente a mí. Parece divertido, y puedo ver su arco de la frente hacia mí, aunque claramente sigue con dolor.

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"Nos vamos a casar", digo, incluso con mi voz. "Dejé a mi padre porque era físicamente abusivo conmigo, y vine aquí a la casa de mi novio para alejarme de él." Todos en la habitación se miran unos a otros, como si nadie supiera qué decir ahora mismo. Y puedo ver al agente principal empezando a sacudir la cabeza, cuando de repente, sé lo que tengo que hacer. "Hay un archivo, en su estudio, en el escritorio." Mi voz viene de fuera de mi cuerpo, firme y aún cuando dejo que mis ojos se quemen en los de Jagger. "Te dirá todo lo que necesitas saber sobre ese bastardo", siseé la última palabra, señalando a mi padre, cuya cara de repente se ve pálida. "Consíguelo", murmura el agente principal a uno de sus subordinados, que sale corriendo. El hombre regresa un segundo después, sosteniéndolo en sus manos. Mi expediente, el que Jagger tenía conmigo incluso antes de conocerme. El que lo llevó a mí, en realidad, y a él. El que documenta cada mierda, cada cosa terrible que mi padre me hizo. El agente que sostiene el archivo se traga, su mirada se endurece mientras mira a mi padre mientras se dirige a su superior. "Señor, debería ver esto." Sé lo que hay ahí. Ni siquiera tuve que cuidar de que Jagger me dijera lo que es, pero lo veo de todos modos cuando el agente pasa por delante de mí. Son visitas al hospital... a veces me "caigo por las escaleras". Los ojos negros de los deportes que no practico. Son fotografías y grabaciones de audio, y pruebas de que mi padre pagó a los policías locales para que miraran hacia otro lado. "Jesucristo". El agente principal mira fijamente el archivo en sus manos, su mirada se endurece. Lentamente, me mira. "Este es tu novio, ¿eh?" "Ella dijo prometido", Jagger gruñe en voz baja. "¿Estás jodidamente sordo?" El agente le mira fijamente pero se vuelve hacia mí. "Bien, prometido. ¿Y cuántos años tiene usted, señorita?" "Dieciocho. Pronto cumpliré diecinueve."

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Asiente con la cabeza, volviendo a mirar a algunos de los otros agentes. "¿Algo más en la casa?" "Nada, el lugar está limpio", dice uno de ellos encogiéndose de hombros. El agente principal suspira. "A la mierda, déjalo ir". Los agentes apenas han soltado a Jagger antes de que los haga a un lado y se me acerque. Me arrojo a sus brazos mientras me levanta, me da vueltas y me besa ferozmente, como si no hubiera nadie más en la habitación mientras me toma en sus brazos. "Mire, ambos sabemos lo que es usted, señor Kovac", el agente se inclina y murmura en voz baja mientras los demás empiezan a empacar. "Eso es maravilloso para ti", escupe Jagger. "¿Pero lo hace?" El agente sacude su cabeza hacia mí. "¿Sabe ella lo que le estás trayendo?" "Ella lo sabe todo", dice Jagger con agudeza, cortándole los ojos antes de estrechar los del agente mayor. "Todo, Tanner. Incluyendo tus donaciones. Tenlo en cuenta." El agente traga espesamente, antes de volverse hacia mí y asentir rápidamente. "Bueno, felicidades entonces", dice rápidamente antes de darse la vuelta. "Esposad a este pedazo de mierda", murmura, asintiendo a mi padre, que grita mientras lo agarran y lo sacan por la puerta principal. "Falsificar afirmaciones es una desagradable acusación, Sr. Jensen", escupe el agente. "¿Cuánto tiempo se irá por algo así?" Yo pregunto. El agente Tanner se encoge de hombros. "No lo hará. Será una multa y alguna mierda de la corte". Me estremezco cuando me vuelvo lentamente hacia Jagger, mordiéndome el labio. "“Yo—” Sacudo la cabeza. "Me siento tan segura contigo, y sé que me protegerás de todo y de todos. Pero..." El hombre que amo asiente con la cabeza, acercándome. Él sabe lo que quiero decir. "¿Está seguro?" Asiento con la cabeza. La idea de que mi padre sea libre de venir a por mí, o de infligir su rabia y dolor a cualquier otro, me hace sentir horrible. "Entonces diles", dice en voz baja.

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"¿Pero qué hay de ti?" Mis manos se aprietan en las suyas mientras acaricio mi cara en su pecho desnudo. "¿Eso no te implicará?" "Me gustaría que lo hicieras aunque lo hiciera, dulzura", ronronea. "Pero no, no lo hará. Estoy aislado." Es todo lo que necesito oír. Me doy la vuelta y levanto la voz en el FBI dirigiéndome a la puerta principal con mi padre. "También es un traficante de drogas, ya sabes", digo en voz alta, asintiendo a mi padre. Las cejas del agente Tanner suben. "Bueno, hoy en día sigue dando, ¿no es así?" "Hay un oculto..." "Cierra la boca, perra..." Jagger se abalanza sobre mi padre, pero los agentes del FBI lo retienen a medias mientras sacan a mi padre gritando de la casa. "Hay una habitación oculta detrás de su dormitorio", le digo al agente Tanner. "Hay un interruptor para abrirla junto a su mesilla de noche. Encontrarás cocaína, metanfetaminas, dinero y armas allí." El agente del FBI asiente con la cabeza y luego le da una mirada a Jagger. "De nada", le murmura Jagger. "Ahora sal de mi casa." Los policías y los agentes se van, y Jagger se vuelve hacia el puñado de los suyos que aún están en la habitación. "Fuera, ahora", gruñe. No necesitan una segunda invitación, y se escabullen. Uno de sus chicos, un hombre guapo de pelo oscuro y ojos penetrantes, asiente con la cabeza y le da una palmada en el hombro. "Bien jugado jefe", murmura, dándome una pequeña sonrisa antes de que él se encargue del resto. La puerta de la casa apenas se ha cerrado antes de que Jagger y yo saltemos a los brazos del otro. Me lleva al suelo con él, de rodillas con mis piernas alrededor de su cintura y sentado en su regazo mientras me besa ferozmente. "Fue una charla rápida", dice con una sonrisa, besándome. "No podía... quiero decir, no podía dejar que..." "Nunca dejaría que eso ocurriera, ángel", dice ferozmente. "Te lo juro".

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"Sólo quiero estar aquí contigo", susurro. "Siempre". "Y aquí es donde te quedarás", dice en voz baja, tirando de mí hacia él. "Así que ahora estamos comprometidos, ¿eh?" Me ruborizo. "Sólo quería que te dejaran..." "Cásate conmigo". Las palabras envían un fuego a través de mí, una llama que ruge en toda mi alma y me deja sin aliento y sin palabras. "Cásate conmigo, dulzura", gruñe Jagger, de pie de repente y levantándome ingrávidamente con él. Me abraza fuerte y me mira directamente a los ojos. "Sé mía para siempre". La respuesta sale de mis labios antes de que tenga que pensarlo, y el sí que grito resuena por toda la casa una y otra vez cuando el hombre feroz, peligroso, poderoso y cariñoso que me ha hecho suya me recoge y me lleva a su dormitorio. Nuestro dormitorio. Para siempre.

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EPILOGO SKYE "MÁS DURO". La polla de mi marido me llena como siempre, el olor de él y la sensación de que me rodea mientras me clava su gran polla en mi interior. Tres años más tarde, y todavía pierdo el aliento cuando esa enorme polla me llena. "Más", gimoteo, arañando su pecho mientras se dirige hacia mí. Las manos me agarran el culo, su boca en la clavícula me hace gritar mientras golpea mi pequeño coño apretado sin piedad, justo como me gusta. Tres años y dos bebés más tarde, en serio, todavía estoy casi demasiado apretada para él. "Vas a llegar tarde", jadeo. "Entonces llegaré tarde", gime, balanceando sus caderas hacia adelante y enterrándose hasta la empuñadura entre mis piernas. Estamos en nuestro dormitorio, la luz de la luna se burla del océano e inunda nuestra habitación con un suave brillo blanco. Todo es legítimo ahora, el imperio de negocios de Jagger. Bueno, casi todo, al menos. No más armas, drogas, prostitutas o porno. Resulta que mi marido es un maldito hombre de negocios inteligente, y convirtió el negocio en el que se metió en un imperio. En lugar de la delincuencia, la organización que heredó se dedicó a la gestión financiera y el crecimiento, y hoy en día, son uno de los mayores fondos de cobertura del país. "Además", mi marido gruñe en mi oído, sus dedos pellizcan mi clítoris sólo para hacerme llorar. "No voy a ir a ninguna parte hasta que no sienta este pequeño y apretado coño tomar hasta la última gota de semen de mi gran y gorda polla." Puntua las últimas palabras con empujones que me llenan y me golpean contra el colchón debajo de mí. Grito, arañando su espalda y empujándolo con mis caderas.

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"Ya he venido, ya sabes". "Lo sé", ronronea. "Dos veces". "Bueno, vas a venir por mí otra vez", me gruñe al oído. Gimoteo mientras su dedo profundiza y se burla de un lento círculo alrededor de mi culo. Lo empuja hacia adentro, y sabe que eso me vuelve loco. Junto con la enorme sensación de su grosor dentro de mi coño, ambos sabemos que me sacará un tercer orgasmo en poco tiempo. Sus labios se sujetan a un pezón y comienza a entrar y salir, una y otra vez hasta que todo mi cuerpo está listo para explotar. Hasta que estoy gritando y arañándolo lo suficiente como para dejar marcas. Hasta que esté lista para derretirme por él. "Ven por mí, dulzura", gruñe. "Haz que esa dulce gatita venga a mi gran polla, y te prometo que te dejaré con una gran, caliente y pegajosa carga de mi semen dentro de ti. Y mientras no estoy esta noche, se va a quedar en tu vientre." "Oh, mierda", grito. Las dos veces que me ha dejado embarazada, fue lo más excitante de la historia. La primera fue poco después de conocernos, la segunda apenas dos meses después de que naciera nuestro hijo. Ahora, con un niño y una niña, es un problema si vamos a por un tercero. Pero yo quiero uno, y sé que él también. Me encanta sentirme tan lleno con algo que ha puesto dentro de mí, algo que hemos hecho crecer en mí. Me encanta cómo me veo con la barriga hinchada y los pechos tan tiernos. Y si no quisiera saltar sobre él cada vez que puedo, cuando estoy embarazada, apenas salimos de la habitación durante meses. Además, a Jagger le encanta cuando estoy embarazada. Antes era insaciable, pero una vez que empecé a demostrarlo la primera vez, fue un milagro que pudiera hacer algo sin que se abalanzara sobre mí y me cogiera contra la pared, o la mesa del comedor, o la ducha, o demonios, el suelo. No es que me esté quejando. De. Todo. "¿Quieres eso?" Gimoteo, tan cerca de mí.

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"Te quiero lleno de mi hijo todo el tiempo", gruñe. "Te quiero hinchado y grande, como la diosa que eres." Su polla se mete en lo profundo de mí, el sonido de mi coño apretando en él llenando la habitación. "Así que ven por mí, dulzura. Ven por mí para que pueda vaciar hasta la última gota de mi semen caliente en este pequeño y apretado agujero. Y si eres una buena chica", me gruñe al oído, y su voz envía una corriente directa a mi coño. "Si eres una buena chica, te dejaré que me limpies la polla con esos dulces labios tuyos." Es como apretar un gatillo. El orgasmo explota a través de mí, todo mi cuerpo se tensa alrededor de él como si tratara de chuparlo todo dentro de mí. Jagger ruge mientras entra. Siento sus grandes y pesadas bolas moverse contra mi trasero, y grito cuando siento el pulso caliente de su esperma chorreando dentro de mí. Todavía estoy jadeando cuando empieza a moverse de nuevo. "Oh Dios, ¿qué estás...?" Mi orgasmo cae en un segundo mientras él sigue entrando y saliendo de mí. Su polla sigue siendo dura como el hierro, y sólo gruñe como un animal en mi cuello cuando empieza a meter su gruesa cincha dentro y fuera de mi sucio coño. "¡Oh Dios, Jagger!" Sigue adelante, la gruesa carga de su primer orgasmo se filtra entre nosotros y cubre mi coño y mis muslos con su semilla. Puedo sentirla filtrándose y goteando hasta mi culo, burlándose de mi pequeño culo mientras su gran polla me golpea una y otra vez. Nos venimos, yo gritando y prácticamente desmayándome, y él rugiendo mientras vacía otra gruesa carga en mi interior. Desaceleramos a un ritmo suave antes de que, lentamente, nos detengamos, jadeando por aire. "Tú..." Murmuré, acariciando su pecho mientras se ponía de espaldas y me tomaba en sus brazos. "¿De dónde ha salido eso?" Él sonríe. "Tenías razón. Quiero un tercero". "Yo también", susurro.

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"Y quiero uno ahora, así que..." Se encoge de hombros. "Sólo quería asegurarme". Me río, inclinándome para besarlo. "Bueno, creo que hiciste un buen trabajo para asegurarte". Jadeé mientras me tomaba la mano y la movía entre mis piernas. Sé lo que quiere, y siento que mi cuerpo se estremece en respuesta. Le tomo mi pegajoso y desordenado coño, y luego aprieto mis piernas con fuerza. "Quédate así hasta que vuelva", murmura, besándome. "Sabes, realmente vas a llegar tarde a tu partida de póquer", digo con un giro de ojos mientras lo beso. Pero él sólo se encoge de hombros. "No importa." "¿Oh?" Sonríe mientras se inclina y presiona sus labios contra los míos. "Porque ya he ganado".

FIN

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TRADUCIDO POR:
Paying The Debt - Madison Faye

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